15 años sin el mayor

Han pasado 15 años desde Rocio Carrasco escuchó a su madre hablar por última vez. Más de 5000 días para vivir con una ausencia insoportable que intenta apaciguar con los recuerdos que brotan de cada una de las fotografías que descansan, inmortales, en casa.

No es necesario que organice sus sentimientos en homenajes en el calendario para reconocer lo importante que fue. Rocío Jurado para todos. También para ella. Tararea como susurra las canciones que suenan en los parlantes de su sala y pida protección, ayuda y consuelo. La nota de cerca, aunque le cuesta hablar de ella en público.

Rocío siempre responde a los mensajes de los que comparten canciones y te envían estos videos virales en la que se aprecia que el Jurado se adelantó a su tiempo en defender lo que, en su momento, eran causas perdidas.

Abanderado de homosexuales, el artista estaba frenético por la homofobia y los ataques a los transexuales. Con tranquila vehemencia, sin perder un ápice de esta elegancia tan imitada, Sacudió la conciencia de sus entrevistas y santificó a los débiles. También sus familiares.

Quizás por eso, durante una entrevista con la incombustible presentadora argentina Mirtha Legrand no dudó en explicar que su hija había sufrido demasiado durante su relación con Antonio David Flores. Unas declaraciones que el ex guardia civil reclamó por seis millones de euros y que perdió en todos los casos, acumulando una deuda de gastos de más de 176.000 euros que aún no ha pagado.

A Antonio David nunca le gustó. No es cierto que durante los últimos años de su vida retomó su relación con él. Es gracioso creer que Rocío no puso a su hija antes que a quien trató de alejarla de sus adorados nietos. La cantante estaba fascinada por Ro y DaPor eso, aseguran, nunca habría permitido que se utilizaran como reclamo publicitario en actos como el que tuvo lugar el pasado sábado en Chipiona.

Nunca hubiera permitido que sus nietos fueran utilizados como reclamo en actos como el del pasado sábado en Chipiona.

Un homenaje que efectivamente sirvió para mostrar, como en estos desfiles militares norcoreanos, las armas con las que los Mohedanos van a la guerra. Un acto bastante bélico que quedó totalmente empañado por las pistas y símbolos contra Rocío Carrasco.

De Gloria Camila, vestida de una chaqueta de traje en el mismo fucsia que llevaba su hermana En los especiales de Telecinco, incluso José Ortega Cano anuncia que su cuñado José Antonio, esposo de Gloria Mohedano, actuará ahora como portavoz de la familia. Una familia que no es suya, pero que parece ser unidos para luchar contra un enemigo común que, como esa caña sobre la que cantaba el Dynamic Duo, se inclina, pero siempre se mantiene erguida.

Rocío Carrasco ahora está satisfecha con los contratos profesionales. Los últimos en interesarse en promocionar sus productos son los responsables de la famosa dieta de la alcachofa, con quien ya ha firmado una campaña publicitaria que comenzará, previsiblemente, después del verano.

Rocío se ha puesto tan de moda que hasta ella confiesa aturdida un huracán que lleva su nombre. Por supuesto, espere hasta que baje el voltaje para empezar a saborear una vida que a veces le resultaba demasiado amarga.

Líder de su tipo, con cerca de 500.000 oyentes mensuales en la plataforma. Difusión Spotify, Rocío Jurado sigue siendo una de las voces de la canción española más escuchadas. Un referente en el que beben otros artistas quien también aspira a tener una vida tan apasionante como la que tuvo.

Casada en su primer matrimonio con Pedro Carrasco, el boxeador fue el gran amor de su vida, aunque hay quienes argumentan que nunca pudo olvidar a su primer novio, el valenciano Enrique García Vernetta que, durante una entrevista con este escritor, mostró la fotografía de Rocío que siempre llevaba en su billetera.

A Pedro le dedicó varias canciones, algunas escritas expresamente para él, y compartió con él preocupaciones que no solo afectaron a su hija Rocíosino también a otros miembros de su familia. Perdonó a su hermano, Amador Mohedano, más de lo contado y lo protegió, incluso en el error, con un manto invisible con el que se sintió seguro.