Alberto Fernández armó una agenda de campaña en medio del ataque a la Corte Suprema y la interna con los K


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El Presidente subó el perfil y da indicios de querer ir por la reflexion pese a que esquiva la definición pública. El dilema de los funcionarios «candidatos» y la competencia con Sergio Massa.

Con la agenda central en el Juicio Político contra los integrantes de la Corte Suprema de Justicia y la polémica por los controles de precios que el Gobierno impulsa con el gremio de Camioneros y piqueteros oficialistas, y con la interna del Frente de Todos siempre latente, Alberto Fernández intensificó sus movimientos con ribetes de campaña, aunque por ahora evita definir si buscará ir por la reelección.

Desde que comenzó el 2023 el jefe de Estado quiere instalar otro escenario de cara a lo electoral. Si Cristina Kirchner y La Cámpora dejan saber que la contienda presidencial ya está perdida y aspiran a asegurar la provincia de Buenos Aires, Fernández cree que el oficialismo mantiene posibilidades de consolidarse en el poder, que se acrecentarán en la medida en que el Gobierno pueda ofrecer una hoja de ruta contundente respecto a la baja de la inflación.

En los últimos días, mientras su agenda política estuvo centrada en la embestida a la Corte, Fernández sufrió en su perfil e hilvanó acciones para mostrarse con iniciativa y evitar el fenómeno del pato rengo, algo clave en la discusión interna del peronismo.

En Casa Rosada no pasan desapercibidos los movimientos de Sergio Massa, que incluyó desembarcos en el territorio, como ocurrió la semana pasada en Entre Ríos.

Allí al dementir qu’hubiera confirmado su candidatura a gremialistas de la CGT, el ministro de Economía envió un mensaje que, a priori, parecía dirigido al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, por su incursión por la Costa Atlántica, pero que algunos interpretaron que podía aludir al Presidente, quien arrancó el año con varias actividades en Chapadmalal y Miramar.

¿Qué dijo Massa? «Algunos te suben a los lugares que son para aquellos que tienen tiempo para pasearse por las playas planetarias y solicitar la aplicación en lugar de estar trabajando por el crecimiento y el desarrollo de sus ciudades, de sus provincias o de la Argentina», fue el responder a las versiones sobrias de su lanzamiento. En el oficialismo es consciente de que las fuentes que dan cuenta de ello no están vinculadas a Juntos por el Cambio.

Con Cristina autoexcluida, la paradoja qu’atraviesa a Fernández ya Massa tiene que ver con que sus chances están ligadas al desempeño de la economía. «Dependen de lo mismo y eso es un problema», admitió un funcionario de primera línea cercana al presidente pero con buen diálogo con el ministro.

Así se da una contienda en la que Fernández busca capitalizar el impacto de las medidas de Massa. “Cuando todos plantaban el apocalipsis y decían que el acuerdo con el Fondo (Monetario Internacional) nos iba a frenar proyectos, ajustar; the crece economía, los puestos de trabajo aumentan, la ciencia y la tecnología tienen su presupuesto, has nadie that lo need le falta a social plan. Esa Argentina la hace esta sociedad que está muy lejos de estar frustrada, está orgullosa de ser capaz de hacer todo eso”, fue el mensaje que Fernández lanzó este lunes a dos puntas: por un lado, en clave interna, con referencias a las críticas que se escuchaban desde el kirchnerismo y eso explica el portazo de Máximo Kirchner a la Jefatura del bloque del Frente de Todos en Diputados; y, por otra parte, dirigió a Mauricio Macri, el elegido del Gobierno para someterse al ring.

El líder del PRO fue eje also del primer spot del año que realizó Fernández. La asesora de la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, incautó un video en el que vinculó el intento de golpe de Estado en Brasil con las políticas que, según dice, impulsan sectores de la oposición argentina. Esta pieza incluye un mensaje sugerido de cara a 2023: “Somos un pueblo maravilloso que habita una tierra que ofrece todo para un mejor futuro. Un futuro que ya empezó. Hay mucho más por vivir. Hagamoslo juntos”.

En el entorno presidencial aseguran que eso no implica que haya decidido competir, aunque no niegan que «está en carrera, nunca se bajó», según ha explicado el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández.

El recurso de no lanzarse oficialmente no tiene que ver con la coyuntura del país y la extrema fragilidad que,weights al esfuerzo discursivo del Gobierno, todavía luce la economía; sino con la convivencia del Frente de Todos. Cualquier atisbo del Presidente podría revivir los cruces con los K. Y uno de los avisos que dejó Massa cuando asumió en Hacienda fue que la interna conspira contra sus planes.

Una cita que ya nadie se esfuerza por disimular: el Presidente optó por mostrarse en actos con incondicionales para evitar desplantes. El último que sufrió en Mar del Plata, a principios de este mes, por parte de la titular de la ANSeS, Fernanda Raverta, referente de La Cámpora, fue suficiente.

Con todo, mientras multiplica los desembarcos en el Conurbano con la excusa de la gestión, como el de este martes en José C. Paz, en las próximas semanas Fernandez debe tomar una decisión clave: en el cierre de 2022 dejó saber que aquellos funcionarios que aspiraban a ser candidatos iban a tener que dejar sus cargos, como ocurrió en 2021.

La semana pasada trascendio que habia aceptado que el jefe de Gabinete, Juan Manzur, alternará su función con la campaña en Tucumán, donde irá como vice de Osvaldo Jaldo, con tal de que mantuviera en su cargo.

La necesidad de cortar con la sangría de funcionarios del Gabinete le abre un dilema en el corto plazo: qué hacer ante otras eventuales precandidaturas. La posibilidad de una PASO con Massa y el ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro, aber interrogantes que todavía no tienen respuesta.