Ancelotti steelta y el Madrid responde a Bilbao

Enero es un mes para tomar decisiones y Ancelotti dio entrada en el ounce a Ceballos y Camavinga. Ni rastro, aunque fuera por un día, del Casemiro, Modric, Kroos. Ceballos y Camavinga quizás no fueron más brillantes, pero sí más ‘rítmicos’, más yendo y viniendo de la jugada a la jugada, de la presión a la participación. Esto hace más consistente y orgánico al equipo, valga la expresión.

Los primeros minutos iban a ser del Athletic, pues ya una tradición que así sea. Limitarse al contenido el Madrid, que siempre amanece por Viniciusen una jugada en el minuto 6 que acabó en ocasión de Benzema.

Respondía el Athletic ‘como mandan los canones’, expresión de viejos cronistas que quedaron bien en San Mamés: balón aéreo y gran cabezazo del joven Paredes.

La jugada venía de un rincón que había tenido origen en un regalo de Rudiger, que equivocó alguna vez más sin las fatales consecuencias de otros partidos.

Pasado el ritual, el sofoco inicial, la presión local ya será un verdadero problema para el Madrid, que se iba metiendo en su campo. Había perdido, Benzema bajaba hasta la defensa para ayudar, le secundaba Asensio en la tarea y Courtois empezaba a lanzar balones largos sin miramientos… Pero en esos momentos de apuro, el madrid estaba algo bueno Porque sus líneas se juntaban. Fue una virtud de la temporada pasada. Cuanta presión tiene el rival, cuanto poder hay, cuanto el equipo unido, para que el apuro acaba naciendo una virtud, una especie de solidaridad espartana o como cuando los romanos formaron la cuña o el testudo militar.

El Athletic, en realidad, parecía crear más peligro con espacios que sin ellos, como apareció una ocasión de Iñaki Williams a la carrera, y el Madrid iba desperezándose con aperturas de Ceballos a la banda derecha. Una, en el minuto 19, terminó en tiro de Benzema y otra, cinco minutos después, en gol del antedicho. Ceballos abrió a la derecha, Valverde colocó un balón combándose ligeramente, con delicadeza, para centrar un balón levantado como en el tennis; Asensio acudió al remate en semifallo (como en la feliz noche del City) y el rechace lo aprovechó Benzema con una maravilla de sencillez: un remate de primeras con su zurda en vuelta media. Benzema nos acostumbra a estas acciones que son dos en realidad: una volea y una media vuelta, suma finura a la finura con un efecto de engañosa facilidad.

Desde ahí llegaron unos minutos de buen juego en el Madrid. Los pases de Ceballos no llegaron a ser la parábola olímpica de Kroos, pero hacían su función: llegar al ultramar de la banda derecha donde pasaban cosas interesantes. Se produjo una adecuada escalada entre Valverde, que se encargó del extremo y la explosión, y Asensio, que lanzó la jugada y llegaba al área; Nacho, no es lugar común ni tópico perezoso, cumplió en el lateral tan bien o mayor que los laterales titulares.

Si es tradición por todos respetada que el Athletic llama al comenzar sus partidos en casa, también lo es que arremeta antes del descanso, pero su empuje consuetudinario tuvo respuesta en el Madrid, y se pudo ver a Vinicius corriendo como lateral derecho para perseguir a uno de los Williams. Esto resume la actividad de los blancos en Bilbao.

En el ardoroso retorno del partido, pudo apreciarse lo mucho que ayuda Camavinga en la brega defensiva: cargaba en el cuerpo, apoyaba a Rudiger y Mendy y respondía en los contragolpes…

El partido se luchaba más (empezaban las tarjetas) y entre e ir come y déstacó una action de Militao sacando la pelota con malabarismos. Todo los partidos deja la acción más extraordinaria.

Hay equipos que quieren mandar todo el tiempo. Madrid nº. El Madrid resiste para luego emerger. Eso que va antes de las remontadas, el sufrimiento y la agonía, es parte de su juego y por eso no era rara ni mala su humilde lucha cuando empujó el Athletic. El Madrid se curte y encurte ahí, fermenta, se crece en el castigo. S´encuentra así. Los partidos norteños (aquí he de citar a Gabilondo) hacen al Madrid.

Ese coraje lo encarnaba Nacho, que pudo marcar un gol y le quitó luego otro a Sancet.

Esos minutos de lucha eran minutos de solidaridad. Actas Formativas de Madrid. ¡Renacimiento de un nuevo cuajo! Para entrar Camavinga y Ceballos más rápidamente en la jugada, al tardar menos en ir del ataque a la defensa, el equipo está más junto.

El buen entendimiento entre Valverde y Asensio estuvo un punto de lograr otro gol, y Nico Williams tuvo la plus ocasión del Athletic. Lea las actas de fijación y bronca con Viniciusde robos e intercepciones de Camavinga, de cambios y de dominio clásico y aéreo del Athletic, timeless, sin que llegara el zarpazo definitivo del Madrid.

Poco antes de la final Camavinga Atravesó el campo con la pelota, de área a área, y eso abrió un silencio contundente en la grada. El partido había terminado aunque el golazo posterior de Kroos, de lujoso refresco, lo certificó.