Comienza el Festival Martha Argerich, una fiesta por 15 días

Este sábado 15 de julio arranca una nueva edición del Festival Martha Argerich, en el Teatro Colón.

Vale recordar que, mediante comunicado de enero de este año, informó que la mítica pianista marthe argerich de 81 años tenía que alejarse de los escenarios debido a una deficiencia cardíaca.

El comunicado (traducido del inglés) decía: «Después de tres conciertos ofrecidos en la Filarmónica de Berlín con daniel barenboima pesar de un estado de salud precario debido a un problema cardíaco, Martha Argerich ya no puede asegurar sus próximos compromisos y cancelar recitales y giras hasta nuevo aviso”.




Martha el año pasado en la anterior edición del Festival que lleva su número. Foto Arnaldo Corombaroli/Teatro Colón

Cinco días antes del aviso, Argerich y Barenboim -que también estaba afectando problemas de salud- brindaron un concierto conmovedor e inolvidable tocando el concierto para piano de Schumann. Pero las cosas corrieron a la legendaria pianista tuvo que ser intervenida. Afortunadamente, todo salió muy bien.

Apenas después de una breve pausa, Argerich, como el ave fénix, volvió al ruedo: el miércoles 8 de febrero, a casi un mes de la intervención, estaba arriba de un escenario para brindar un concierto en Suiza junto a la Sinfónica de Lucerna, bajo la dirección de Michael Sanderling. Robert Schumann y su Concierto para piano en la menor op. 54 el compañero en el regreso. El concierto fue memorable y dejó a todos impactados con la apertura explosiva del Allegro vivace final.

La great pianista de nuestro tiempo está llena de singularidades que apenas alcanzan para explicar lo que signifiea el milagro de su existencia para la música. Can you create the ilusión de que no hay mediación entre ella y la música, como si ella encarnara, en un specie de metamorfosis, la música misma: 73 años de carrera como concertista, la relación más longeva entre un intérprete y su instrumento, ni ni siquiera Clara Schumann, que vivió 77 años y pasó 61 tocando en varios escenarios construyó un vínculo tan íntimo con el piano.

Fue impresionante en 2022 la presentación de "La historia de un soldado".  Foto Arnaldo Corombaroli/Teatro Colón


Fue impresionante en 2022 la presentación de «La historia de un soldado». Foto Arnaldo Corombaroli/Teatro Colón

Is a single performer: su magnetismo, su volcánica energía, su electrizante velocidad, su único sentido del ritmo -con un swing pocas veces escuchado en la música clásica- y una sonoridad que parece fuera de este mundo.

En las diversas ejecuciones de su repertorio -que abarca desde Bach hasta Sergei Prokofiev, pasando por Beethoven, Robert Schumann, Frédéric Chopin, Franz Liszt, Maurice Ravel, y Serguei Rachmaninov-, sus interpretaciones jamás se escucharán rutinarias, aún después de tantos años sobre escenarios.

Este sábado 15 de julio estará en Buenos Aires para inaugurar la nueva edición del festival que lleva su número, y que concluirá el domingo 30 de julio. En la edición del año pasado, después de cada concierto, un médico colocaba en el dedo de la pianista un oxímetro para medir las pulsaciones. Como una nena, caminaba con el dedo en alto anunciando el pulso de negra 180. Tal vez fue difícil distinguir si el corazón estaba acelerado por la potencia arrolladora de sus interpretaciones o por las secuelas post COVID que tuvo Argerich y terminaron con la intervención de enero Felizmente, volveremos a traernos toda su magia con sus sublimes interpretaciones en la nueva edición de su festival.

Daniel Barenboim y Marta Argerich actuaron juntos varias veces en el Teatro Colón.  Foto Emmanuel Fernández


Daniel Barenboim y Marta Argerich actuaron juntos varias veces en el Teatro Colón. Foto Emmanuel Fernández

Dueña de un temperamento indómito, Martha huye de las rutinas, no le gustan las rígidas planes y, como se sabe, en más de una ocasión canceló conciertos. Sin embargo, la artista reconoce su dependencia del entorno y las circunstancias para encontrar inspiración; por eso no le gusta tocar sola, y dejó de hacerlo en 1986.

Desde entonces, se refugió en la música de cámara con el violinista Gidon Kremer, la violonchelista Misha Maiskyo con los pianistas Nelson Freire, Stephen Kovacevich, Mikhail Pletnev y Daniel Barenboim, con quien también actuó como solista bajo su dirección; y también con otros directores de amigo, como Charles Dutoit, Claudio Abbado o Riccardo Chailly.

Argerich en el CCK, addon hizo una edición de su Festival, por agosto de 2018. Foto Juan Manuel Foglia


Argerich en el CCK, addon hizo una edición de su Festival, por agosto de 2018. Foto Juan Manuel Foglia

Y empezó ha organizado en diferentes partes del mundo los festivales que llevan número conocido, una celebración musical y el lugar de hacer música con amigos, para compartir con un público que le es incondicional. En 2001 inauguró la edición porteña de los festivales que hacía por el mundo, con sede en el Teatro Colón. La edición de 2005 fue la última. Estuvo atravesada por horas de angustia y usó a raíz de la disputa gremial de larga data entre los trabajadores del Teatro Colón y el Gobierno de la ciudad que terminaron estallando en el Festival Argerich y obligó a cambiar de sede, levantar funciones, y el bochornoso episodio cuando Argerich llegó acompañado por algunos músicos para ensayar y le negaron el ingreso al Teatro.

Después de estos tristes episodios, Argerich hizo un largo paréntesis con sus presentaciones en la Argentina, excepto algún concierto aislado en el interior del país. Gracias a Daniel Barenboim, quien lo invitó especialmente a participar en el festival que elevó su número, el colosal pianista retomó su relación con el público local en la sala del Teatro Colón. Luego de presentarse con Barenboim, Argerich volvió a Buenos Aires con un festival propio, en el CCK como sede. Allí, en la magnífica Sala Argentina del centro cultural, abrió sola una gira que continuó por el interior del país.

Entre los vaivenes de las administraciones de las instituciones y las personas que los dirigen, el año pasado Argerich volvió ha evocado el espíritu de sus míticos festivales en el Teatro Colón. La edición tuvo una sorpresa conmovedora: después de una interpretación magistral de la Concierto en sol de Ravel, para el bis apareció sobre el escenario de su nieto David Chen con la camiseta de la Selección Argentina. Abuela y nieto tocaron a cuatro manos de Mi madre la ocade Ravel, “Feo: Emperatriz de las Pagodas”.

Martha Argerich, por 1965. Foto Archivo Clarín


Martha Argerich, por 1965. Foto Archivo Clarín

El programa

El próximo sábado 15, Argerich acogerá una nueva edición de su Festival con el quinteto para piano de Schuman. El programa incluye una obra interesante y poco conocida: el Ninguno a op. 139 para flauta, oboe, clarinete, fagot, corno, violín, viola, violonchelo y contrabajo, de Josef Rheinberger (1839-1901). Reconocido y respetado en vida, Rheinberger. Fue organista y compositor de Liechtenstein, residió en Alemania durante la mayor parte de su vida. Despues de su muerte cayo en el olvido.

Así, habrá una serie de invitados especiales que tendrán una presentación propia: un recital de piano solo de Sergio Tiempo (Concierto 3), la Camerata Bariloche (Concierto 6) y Nelson Goerner con la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires con la dirección de Vasily Petrenko (Concierto 7).

El resto de las funciones contarán con su participación de Argerich. Además de la apertura, en el segundo concierto, la pianista y Nelson Goerner harán un recital a dos pianos con obras de Debussy, Mozart y Rachmaninoff.

Invitado de lujo.  El magnífico violinista Gidon Kremer, entrenable amigo de Argerich, tocará con ella.


Invitado de lujo. El magnífico violinista Gidon Kremer, entrenable amigo de Argerich, tocará con ella.

El Concierto No. 1 para piano y trompeta de Dmtri Shostakovich actuará en el cuarteto de concierto, con la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, bajo la dirección musical de Sylvain Gasançon. Argerich está acompañado por el trompetista Sergei Nakariakov. El magnífico violinista Gidon Kremer, entrañable amigo de Argerich, acude a interpretar con su colega Madara Pēterson obras de Kancheli, Strauss y Shostakovich.

Al día siguiente, Kremer y Argerich volverán a presentarse juntos, con la Sonata para violín y piano n.° 5, Op. 53 de Mieczyslaw Weinberg, y la Sonata para violín y piano en la mayor, op. 162 de Schubert. Kremer dedicado a las víctimas de la guerra de Ucrania y Réquiem para violín solo de Ígor Loboda.

El final del ciclo promete un cierre apoteósico. La boda de Igor Stravinky, considerada una cantata bailada o ballet con solistas, tiene una instrumentación particular que incluye cuatro pianos. Junto a Martha van a tocar Marcelo Ayub, Iván Rutkauskas y Alan Kwiek. En el mismo programa se va a escuchar la no menos particular y poco programada coral elegante en do menor, Op.80, de Beethoven, para piano, coro y orquesta, con Charles Dutoit al frente de la Orquesta Estable y Miguel Martínez del Coro.

TPV

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