Cómo nuestras bacterias intestinales nos motivan (o no) a hacer deporte

Diez mil pasos y más. ¡Hacer ejercicio es bueno para tu salud! Sin embargo, este mandato proclamado por muchas campañas de prevención es más fácil decirlo que hacerlo, la capacidad para practicar deportes depende en gran medida de la motivación. Pero, ¿de dónde viene esta motivación? Procede de una molécula, la dopamina, que, durante el esfuerzo físico, se libera en el cuerpo estriado, una zona de nuestro cerebro implicada sobre todo en los impulsos… y la motivación. La dopamina, también llamada la hormona de la felicidad, es un neurotransmisor. Es decir, transmite información entre dos neuronas en áreas de contacto llamadas sinapsis. Cuando es recibida en grandes cantidades por la neurona receptora, es una señal de placer. Dado que este placer se percibe durante el esfuerzo físico, el sistema de recompensa se activa y nos empuja a querer volver a hacer deporte. Hasta entonces, nos decimos que la naturaleza está bien hecha.

Pero no todos somos iguales cuando se trata de motivación. ¿Por qué algunos de nosotros nos llamamos “adictos” al deporte cuando a otros les cuesta esforzarse? Esto es lo que querían responder investigadores de la Universidad de Pensilvania. al comparar el rendimiento físico dentro de una cohorte de ratones. Si bien no encontraron un gen específico para la fuerza física, un resultado les llamó la atención. Los ratones a los que se les suprimió la microbiota (todas las bacterias beneficiosas que colonizan nuestro intestino) mostraron un bajo rendimiento deportivo en comparación con sus congéneres. Al probar los efectos de eliminar ciertas cepas bacterianas, pudieron identificar que algunas de ellas, como Eubacterias nosotros coprocococo, tuvo un efecto positivo en la motivación para hacer ejercicio.

mucha dopamina

Pero, ¿cómo se activan estas bacterias para influir en nuestro rendimiento físico? Investigadores estadounidenses han demostrado que estimulan la liberación de dopamina en el cuerpo estriado durante el ejercicio. De hecho, algunas bacterias liberar moléculas con el bárbaro nombre de N-oleoiletanolamida. Estos metabolitos serán capturados por neuronas sensoriales que conectan nuestro intestino con nuestro cerebro (a través de la médula espinal). Es más probable que se unan a pequeños receptores presentes en la parte terminal del intestino de las neuronas y, por lo tanto, promuevan su activación durante el deporte. O, cuando están activas, las neuronas sensoriales en el cuerpo estriado inhiben la producción de una enzima llamada monoaminooxidasa (MAO). Esta enzima es responsable de la degradación de la dopamina en las sinapsis. Cuando la enzima está ausente, la dopamina se mantiene en cantidad suficiente para inducir una señal de placer. Al activar las neuronas sensoriales durante el ejercicio, las bacterias consideran la presencia de una cantidad importante cantidad de dopamina en el cuerpo estriado, y por tanto una sensación de placer que posteriormente te motivará a practicar deporte.

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