Duque intenta impulsar una nueva reforma tributaria en Colombia | Internacional

Duque intenta impulsar una nueva reforma tributaria en Colombia |  Internacional
Los manifestantes participan este lunes en otra jornada de protesta contra la violencia policial y las políticas económicas del gobierno de Iván Duque, en Bogotá.Carlos Ortega / EFE

El presidente colombiano atraviesa días difíciles. Iván Duque está tratando de impulsar una nueva reforma tributaria necesaria para la economía del país, aunque esta vez con más consenso y respaldo que la anterior. No te resultará fácil. 11 meses antes de unas elecciones generales, pocos partidos y miembros del Congreso se unirán a una medida tan impopular en las calles. Otro ajuste presupuestario fallido en el Congreso debilitará significativamente al presidente, que afrontará el final de su mandato con muy pocas expectativas.

Duque retiró su proyecto más ambicioso el domingo después de cuatro días de fuertes protestas callejeras. El lunes se reunió con su ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, el ideólogo reformista, en cuestión después de ver fracasar su plan. Los políticos de la oposición piden al ministro que renuncie si no quiere enfrentar un voto de censura. El expresidente conservador Andrés Pastrana también le ha pedido que se vaya. El asunto está ahora en manos de Duque. Queda por ver si mantendrá en el poder a este economista con fama de ortodoxo, muy cercano a Álvaro Uribe, o buscará un nuevo rostro que genere más consenso.

Otro de los ministros cuestionados es el de Gobernación, Daniel Palacios. Las protestas, en su mayoría pacíficas, dieron lugar a enfrentamientos entre la policía y los manifestantes. El saldo, hasta ahora, es de 16 muertos, incluido un agente. A medida que se van conociendo las historias de las víctimas, como la de Santiago Andrés Murillo, un joven de 19 años que, según testigos, recibió un disparo en el pecho de un policía mientras protestaba normalmente, las críticas a la acción son creciente. . fuerzas de seguridad. El video de la madre del niño identificando el cuerpo de su hijo en la morgue congeló a los colombianos.

Los organizadores de la huelga que anuló la reforma tributaria, respaldados contra viento y marea por el presidente Duque en un intento por cubrir el déficit que dejó la pandemia, continúan en sus trece años y se aseguran de que no regresen a casa. Estos días seguían bloqueando las carreteras y marchando por las calles. Un sindicato llamó a otra gran movilización el miércoles, esta vez para exigir la desaparición de Esmad, la policía antidisturbios colombiana y la fumigación aérea de glifosato, un herbicida que destruye las plantaciones de coca pero también daña otros cultivos. Los motivos ahora son los de menor, lo cierto es que la retirada de la reforma no ha acabado de calmar los ánimos de los manifestantes.

Los propios integrantes del Centro Democrático Uribe, del que Duque es miembro, apoyaron la decisión. De cara a las elecciones de 2022, la reforma fiscal habría sido fatal para sus intereses. Ocho de cada 10 colombianos aseguran que no votarán por los congresistas que lo apoyen. Uribe, el líder absoluto de este partido, coincide con el mandatario en que es necesario aumentar los ingresos del Estado para, por ejemplo, extender la asistencia social a los más pobres, aunque difiere con él en las formas y en el tiempo. Duque intentó aumentar los impuestos en un momento muy difícil para Colombia, con una tercera ola muy agresiva de Covid rompiendo récords de infecciones y muertes. La escasez de cilindros de oxígeno solo empeoró los problemas.

Duque cuenta con el respaldo de expertos económicos y agencias calificadoras de riesgo en su plan para aumentar los impuestos. El diagnóstico se comparte durante los mítines, el país debe recaudar más para reducir la deuda y luchar contra la pobreza y las desigualdades, desencadenadas tras la pandemia. Pero la realidad es que el proyecto más ambicioso de su mandato está estancado, quizás para siempre, y las calles se han levantado en su contra. Sobre todo los más jóvenes, que son los que lideraron las protestas, irónicamente con el presidente más joven de la historia colombiana, que no logró conectar con ellos durante sus tres años en el poder. Según las encuestas, el grupo de edad que más apoya al presidente son los mayores de 50 años.

El vandalismo en las protestas, que ocurre principalmente por la noche, es un problema obvio con el que las fuerzas de seguridad han tenido que lidiar. Hay 457 policías heridos y 364 detenidos, incluidos 30 menores. Para detener los disturbios, Duque anunció el sábado por la noche que los militares patrullarían los pueblos más quemados si los gobernadores y alcaldes así lo exigen. La idea provocó una ola de críticas por temor a un derramamiento de sangre aún mayor. El siguiente paso de Duque fue retirar la reforma al día siguiente.

Duque tiene por delante varias semanas muy difíciles, donde está en juego el capital político que le queda, y otro fracaso en las negociaciones obstaculizará en gran medida sus últimos meses como presidente de la nación.

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