El Festival de Cine de Venecia celebra el regreso de divos y grandes directores | Cultura

El Festival de Cine de Venecia celebra el regreso de divos y grandes directores |  Cultura
El director Paolo Sorrentino, durante la presentación de ‘El Papa Joven’ en Venecia, 2019.ETTOR FERRARI

Una avalancha de cine se ha presentado a los selectores del festival de Venecia en los últimos meses. Tras una competición 2020 sin grandes nombres y en medio de una crisis de salud, al parecer este año muchos querían estar en La Mostra. “Se sumaron, prácticamente, las candidaturas de dos ediciones”, explicó este lunes su director artístico, Alberto Barbera. Y no solo: «Nos sorprendió la calidad media, más alta de lo habitual, como si la pandemia hubiera estimulado la creatividad de todos». A saber. Lo cierto es que el festival presentó este lunes un ambicioso programa con el que busca reaprender en el séptimo arte el camino de regreso a la esperanza. El italiano Paolo Sorrentino, los estadounidenses Paul Schrader y Maggie Gyllenhaal, la neozelandesa Jane Campion, el chileno Pablo Larraín, el mexicano Michel Franco, el venezolano Lorenzo Vigas y el dúo argentino Gastón Duprat y Mariano Cohn son algunos de los nombres que elegirán al León de Oro en la competencia. , que se celebrará del 1 al 11 de septiembre. En la competición también será Madres paralelas, de Pedro Almodóvar, encargado de inaugurar el festival.

Más información

De hecho, la pandemia continúa. Y el número de infecciones está aumentando en varios países. Sin embargo, la vacunación también está progresando. Y en cualquier caso, tras haber conseguido organizar un certamen presencial en 2020, cuando muchos confiaban en sus películas en internet e incluso Cannes tuvo que darse por vencido, los organizadores de La Mostra ven esta edición con optimismo y alivio. Habrá «protocolos estrictos», certificados verdes y capacidades limitadas (por ahora) a la mitad. Pero también habrá grandes estudios, como Universal, Disney o Netflix. Barbera habló de «un poderoso regreso de los estadounidenses». Lo que también trae de vuelta a los divos. Además, las estrellas españolas Antonio Banderas y Penélope Cruz, protagonistas con el argentino Oscar Martínez de Competición oficial, la despiadada parodia del ego de los actores y cineastas que filmaron a Duprat y Cohn.

Se ofrecen menos sonrisas, a priori, a los otros directores más famosos en competición. Sorrentino cuenta en È stata la mano di Dio la prematura muerte de sus padres y su truncada juventud. «Sé lo que es ser adulto a partir de los 16 años y me ha dado un sentimiento de melancolía», dijo el cineasta a El País Semanal hace unos años. Schrader vuelve con El contador de cartas a temas como la culpa, la redención o la sed de venganza. Con Spencer, Larraín pone a Kristen Stewart en la piel de la princesa Diana el fin de semana que decide divorciarse de Carlos y de la omnipresencia de la familia real británica. Campion vuelve con El poder del perro, adaptación de la novela dura del mismo nombre. Y otro libro también es incómodo, La chica negra de Elena Ferrante, a quien Gyllenhaal decidió llevar al cine para debutar detrás de la cámara. Después de escandalizar a La Mostra el año pasado con nueva orden, Franco presenta otra obra que promete polémica, Dormir.La caja, de Vigas, deberá afrontar las expectativas que genera la segunda película de un creador que con su primera película, De la, obtuvo el León de Oro.

Tráiler de “Madres paralelas”, de Pedro Almodóvar.

Después de años de una presencia femenina casi invisible, con una o dos directoras compitiendo, y las protestas que emanaron de ella, tal vez algo esté cambiando en La Mostra. El año pasado, ocho diseñadores participaron en la mayor competencia. Y una, Chloé Zhao, ganó, con País nómada. Esta vez, cinco mujeres intentarán ganar el León de Oro. Más de lo habitual, menos que el año pasado y lejos de la igualdad en general. El 26% de las películas de la sección oficial están dirigidas por mujeres. En la competición principal, también serán El capitán Volkonogov escapó, por las rusas Natasha Merkulova y Aleskey Chupov, fijadas en el momento de las purgas estalinistas; El evento, de la francesa de origen libanés Audrey Diwan, una adaptación muy cruda – «con momentos incluso desagradables», según Barbera – de la novela homónima sobre una joven que quiere abortar en Francia en los años 70, que se lo prohibió; sí Mona Lisa y la luna de sangre, otro extraño trabajo que se suma a la particular filmografía de Ana Lily Amirpour, sobre una chica dotada de poderes que huye de la clínica donde estaba detenida.

Al anunciar la tradicional presencia italiana, Barberá ofreció una explicación antes de su aumento. «No se trata de querer apoyar a toda costa nuestro cine en dificultad, sino que es el reflejo de una cinematografía en estado de gracia», subrayó. El veredicto, al final, lo darán los alumnos. Pero Sorrentino se une Quien rido io, de Mario Martone, sobre un actor napolitano; El buco, de Michelangelo Frammartino, una obra sin música ni diálogo centrada en las hazañas de ciertos espeleólogos; Pánico, de Gabriele Mainetti, el esperado regreso del director que sorprendió a Italia con la muy personal Lo llamaron Jeeg Robot; sí América Latinapor los hermanos D’Innocenzo.

Terminan el concurso Otro mundo, de Stéphane Brizé, sobre el mundo del trabajo; ilusiones perdidasde Xavier Giannoli, que adapta la novela de Balzac; En el trabajo: los 8 desaparecidos, más de tres horas y media de duración del filipino Erik Matti – advertencia de Barbera a los marineros: “Habrá muchas películas larguísimas” -; No deja rastro, del polaco Jan P. Matuszynski, y Reflexiónde Valentin Vassianovych.

Más allá de la competencia, habrá un documental sobre Leonard Cohen y el último largometraje de Ridley Scott, la reconstrucción fílmica de la época en que el covid arrasó la ciudad de Bérgamo y un cortometraje que promete imágenes devastadoras sobre la represión en Myanmar. Escenas de una boda reinterpretación del clásico de Bergman, ocupará el espacio tradicional de la serie y el ya anunciado primero de Duna, de Dennis Villeneuve, dirá si la espera valió la pena. México, Brasil, Uruguay y Bolivia enviarán películas a La Mostra, que también acogerá el cortometraje Heltzear, del vasco Mikel Gurrea, y trabaja, en general, desde 59 países. Todo para afirmar que el cine sigue vivo, a pesar de todo. El presidente de La Biennale, que organiza el festival, Roberto Cicutto, ya ha declarado: «Lo importante es estar ahí». Para el séptimo arte, en estos tiempos, no es poco.