el punto ciego del costo para las clases trabajadoras

q¿Qué discurso político se debe sostener sobre la transición climática para convencer a la ciudadanía tanto de la urgencia como de la efectividad de actuar? Al publicar, el lunes 22 de mayo, con la Inspectora General de Finanzas Selma Mahfouz, un informe sobre “el impacto económico de la acción climática”el economista Jean Pisani-Ferry no se limitó a cuantificar con precisión el colosal coste de la transición ecológica (de 250.000 a 300.000 millones de euros de deuda adicional para 2030): también aportó datos para abordar política y socialmente este desafío. “Podemos formar ciudadanos, pero necesitamos un plan que escale el problema, y ​​en el que los esfuerzos sean bien compartidos”le explicó a Mundoabogando tanto por un recurso masivo al endeudamiento como por una contribución fiscal de los más ricos.

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Esta obra es primeramente una piedra en el huerto de los labradores del «crecimiento verde». Al explicar que el objetivo de la neutralidad en carbono inducirá una “shock económico negativo”, los autores cuestionan el discurso del gobierno. Que sigue repitiendo que su política ambiental traería innovación adicional, nuevos puestos de trabajo y, por lo tanto, más riqueza. Nada de eso en el informe del Sr. Pisani-Ferry, al menos en la próxima década. La sustitución de tecnologías marrones por tecnologías verdes, no en nombre de una mayor eficiencia de estas últimas sino por el bien del planeta, debería pesar incluso sobre el crecimiento, en torno a una cuarta parte del mismo.

Por otro lado, los autores cuestionan el argumento que suelen utilizar los movimientos ecologistas y los partidos de izquierda, que afirman que, combinando el decrecimiento y la contribución financiera de los más ricos –por ejemplo, a través de un impuesto a la riqueza climática–, la transición podría ser indoloro para el mayor número. “Quienes para quienes la transición será más restrictiva, por tratarse de necesidades esenciales (vivienda, transporte, alimentación), son las clases trabajadoras. Sólo se aceptará el coste económico correspondiente si (…) los sacrificios se distribuyen equitativamente [entre tous]“, se reunió con el Sr. Pisani-Ferry en guardia. O, a un mismo nivel de renta, la transición tendrá consecuencias muy diferentes según el tipo de vivienda o incluso la zona de residencia (en particular según la dependencia del coche privado).

¿Prohibir ciertos modos de transporte?

Xavier Ragot, presidente del Observatorio Francés de las Condiciones Económicas y colaborador del informe, va más allá. “Para una parte de la izquierda, se fomenta la transición ecológica bajo el prisma de una sociedad más justa y menor parodice el economista. Con impuestos sociales y ecológicos, cree que puede resolver dos problemas al mismo tiempo. Pero, al hacer del “impuesto solidario a la riqueza verde” el alfa y omega de la transición, los esfuerzos necesarios para capacitar a las clases media y trabajadora quedan en parte eclipsados. » ¿Deberían prohibirse ciertos modos de transporte? ¿Reducir la velocidad en las carreteras? ¿Abandonar la construcción de áreas residenciales en nombre de la «artificialización neta cero», este principio establecido para luchar contra la expansión urbana? Tantos cambios en los estilos de vida y en los comportamientos, de los que la financiación es sólo un aspecto, y por los que las clases media y trabajadora serán las primeras afectadas.

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