el Senado eliminó la pena de prisión contra los inquilinos desalojados

“Todavía hay muchas cosas cuestionables en este texto, pero los senadores han quitado lo más odioso: la pena de seis meses de prisión a los inquilinos desalojados”, saluda el presidente de la Federación de Actores Solidarios, Pascal Brice. El Senado aprobó por 252 votos a favor y 91 votos en contra, la noche del jueves 2 de febrero, el proyecto de ley de los diputados Renaissance Guillaume Kasbarian y Aurore Bergé aprobado el 2 de diciembre de 2022 en la Asamblea, pero le hizo varias modificaciones sustanciales. «Suavizó mucho el texto para los inquilinos, y lo endureció contra los okupas»resume el secretario general del Sindicato de la Magistratura, Thibaut Spriet.

El Senado no eliminó las sanciones penales creadas por los diputados contra los inquilinos que se nieguen a abandonar su vivienda tras un procedimiento de desahucio. Pero si mantuvo la multa de 7.500 euros, finalmente condonó los seis meses de prisión, denunciado por varias asociaciones como “el regreso de la prisión de la deuda”eliminado en el 19mi siglo.

Los senadores siguieron el dictamen favorable del gobierno y la comisión de ley para quitar esta sanción «percibido como un estigma», en palabras del ponente del texto, el diputado Les Républicains du Bas-Rhin, André Reichardt. Pascal Brice lo ve «un salto republicano y humanista desde el Senado y Elisabeth Borne» ; Thibaut Spriet siempre apunta un “criminalización del arrendatario, en tanto no se cree delito contra el arrendador que no cumpla con sus obligaciones de proporcionar una vivienda digna”.

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«Un salto republicano y humanista»

Se han revisado otros puntos muy criticados votados por la Asamblea. El juez podría seguir otorgando plazos para el pago y luego para la conservación del inmueble aunque el arrendatario no haya pagado la última cuota de la renta (que es muy común) y no lo solicite –este punto se consideró crucial en la medida en que 60 % de inquilinos que no se presentan a la audiencia. El tiempo entre la orden de pago y la citación a juicio se ha ampliado a seis semanas; los diputados lo habían reducido a un mes, en lugar de los dos actuales. Los senadores siguieron en su contra a los senadores sobre la división por tres plazos más del procedimiento.

Para que se pueda realizar un diagnóstico social del arrendatario antes de la audiencia, los senadores han hecho obligatoria una mayor anticipación, lo que las asociaciones consideran inadecuado e inviable para los ya desbordados servicios sociales. Por último, se ha reforzado el papel de los comités de coordinación para la prevención de desahucios de inquilinos, «en perjuicio del juez y con el riesgo de decidir demasiado pronto si un inquilino es de buena o mala fe»Reseña de Thibaut Spriet.

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