El cambio que necesita nuestro país es cultural y de orden moral fuerte: sólo hay progreso desde esos dos valores; sin ellos, seguiremos con el corso, en un mundo paralelo.

Que Platón haya expresado sus convicciones metafísicas más profundas en una obra sobre el Estado, no fue capricho o azar. Buscó la comprensión del mundo, pero cual heredero de Sócrates y auténtico ciudadano de su patria, Atenas, el centro de su pensamiento fue la conformación de la sociedad humana. Elaboró ​​​​así una auténtica filosofía política, destinada a guiar la vida en comunidad.

Occidente es hijo de la filosofía helénica. Más que nada en el plano axiológico (axia, valor en griego), el de los valores Y aquí el punto: si se encuentra la causa causarum del estado de decadencia permanente en Argentina, se trata esencialmente de una tergiversación del sistema de valores ; más aún, iterativamente desde 1940 ha querido establecer una escala de valores que son incompatibles con el sistema normativo e institucional, arriendo, de la nueva Constitución Nacional.

Dos ejemplos para aclarar la cuestión, que parecen inconexos a primera vista, sólo a primera vista: los feriados carnavalescos y la deuda soberana.

En el norte nos unimos a una fiesta incaica milenaria, que honra a la Pacha Mama (la madre tierra). Hacia el sur todo es más ecléctico. Desde los barcos europeos llegó la carrus navalis, una fiesta dionisíaca romana, que inició la temporada de la navegación con una procesión de máscaras.

En los últimos años, la larga tradición trocó por tamborileos vinculados tiene una cultura popular de arrabal moderno. Sea lo que fuere, la pregunta es porqué y para qué se han declarado dos días feriados para festejar (no conmemorar históricamente, que es lo propio de un feriado) el carnaval.

La Constitución de Estados Unidos dice: «La valida de la deuda pública… autorizada por ley… no podrá ser cuestionada». El origen es la guerra civil: se quiso asegurar que las deudas federales no fueron deshonradas por un Congreso del que eran miembros de antiguos Estados confederados. Sus efectos trascendieron, y la norma devino uno de los pilares normativos para la credibilidad del Estado norteamericano. Nunca defaultearon, y tienen un orden jurídico para sus obligaciones públicas: primero los que prestaron (bonistas); siguen los que dan servicios y, por último, los beneficiarios.

No es por idealizar, pero todo al revés de Argentina. Incumplimos tantas veces como dimos vuelta el orden de los acreedores; expropiamos sin pagar, y pagamos luego más de la cuenta; o incumplimos contratos, total, que hagan juicio y luego otro lo arregle.

Los resultados a la vista, ahora con las Leliq, bola de deuda indexada. Como con los carnavales, siempre lo mismo: la transgresión con perspectiva de arrepentimiento. Y la pregunta, recurrente, es porqué y para qué.

Si corremos las máscaras, la respuesta en los dos casos es que estamos ante el patético aporte del populismo, que cuestiona dos valores centrales de nuestra civilización, desde Grecia: el merito y la libertad. Es por eso que el cambio que necesita nuestro país es cultural y de orden moral suficiente: sólo hay progreso desde esos dos valores; sin ellos, seguiremos con el corso, en un mundo paralelo, jugando a que todo el año es carnaval.

Se revoca a Bernardo Saravia Frías. Ex Fiscal del Tesoro de la Nación