Enfermedad venosa crónica, que hacer para que el verano no empeore
La enfermedad venosa crónica (CV) o insuficiencia venosa crónica (IVC) es una de las patologías más frecuentes en la población. De hecho, según datos de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria, hasta el 71% de la población mayor de 16 años presenta síntomas de ECV, y El 30% de la población española padece la enfermedad de forma crónica. Esta enfermedad, que afecta más a las mujeres, es hereditaria, crónica y progresiva y empeora con la edad. En las mujeres mayores de 50 años, por ejemplo, las venas varicosas están presentes en casi la mitad de ellas. Además, Aunque está presente todo el año, la aparición de calor empeora los síntomas y reduce aún más la calidad de vida de los pacientes con ECV. Por ello, es necesario que cuando llegue la primavera, las personas con insuficiencia venosa crónica presten especial atención a la enfermedad y tomen medidas extremas. De lo contrario, la enfermedad puede empeorar y dar lugar a complicaciones graves como tromboflebitis o trombosis venosa profunda.
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¿Qué síntomas empeoran con el calor?
Los síntomas que provoca la enfermedad venosa crónica son muy variados y dependen de su grado, pero, por lo general, los más frecuentes son:
• Dolor, hormigueo y pesadez en las piernas. Estos síntomas aparecen en cualquier etapa de la ECV y empeoran con el reposo.
•Hinchazón, especialmente en pantorrillas y tobillos. Empeoran de pie.
• calambres, aproximadamente por la noche.
• Enrojecimiento, sequedad y picor.
• Presencia de telangiectasias (venas de araña), dilataciones de los capilares, que dan lugar a pequeñas líneas rojizas o violáceas con apariencia de telaraña.
•Venas varicosas venas reticulares o varicosas. Dilataciones de venas pequeñas primero (reticulares) y más largas y visibles cuando la enfermedad está más avanzada (varices). Si tratamos la insuficiencia venosa demasiado pronto y de manera constante, es posible que nunca aparezca.
• Signos cutáneos, como dermatitis, eccema, hiperpigmentacións … e incluso úlceras, pero esto suele aparecer cuando la enfermedad está muy avanzada.
• Los casos muy avanzados pueden llevar a coágulos en las venas varicosas (varicoflebitis) o sangrando por rotura de venas varicosas (varicorragia).
Consejos para aliviar los síntomas
Si padecemos CVI, conviene tratarlo desde el primer momento y siempre, no solo en verano o cuando las molestias son mayores. De lo contrario, la enfermedad puede progresar a etapas más peligrosas. Con estos consejos, los síntomas serán mucho más llevaderos, sobre todo en verano, con la aparición del calor y la dilatación de las venas.
• Evite las horas más calurosas. Si puedes evitarlo, no salgas durante las horas más calurosas.
• No tome el sol. Tomar el sol es doblemente malo para las enfermedades cardiovasculares. Por un lado, porque cuando tomamos el sol tendemos a estar tranquilos, y un estilo de vida sedentario empeora la situación. Además, tomar el sol aumentará la temperatura de las venas dilatadas. Si vas a la playa oa la piscina, mejor en el agua y muévete. También deben evitarse otras fuentes de calor directo en las piernas, como la depilación con cera caliente, los baños calientes o las saunas.
•Mucha agua… La hidratación por dentro y por fuera es fundamental tanto para favorecer la circulación como para hacer la piel más elástica y evitar síntomas como picor, dermatitis …
•… y un poco de sal. La dieta es fundamental, no solo para evitar la obesidad, uno de los principales factores de riesgo, sino también para favorecer la circulación. Así, debes evitar la sal en la costa -favorece el edema- y optar por frutas y verduras abundantes, especialmente aquellas que favorecen la circulación, como frutos rojos, uvas, melón, etc.
• No dejes de practicar deportes. En el calor esto es menos deseable, pero esto es precisamente cuando es mejor controlar CVI. Busque horas de menos calor, practique deportes acuáticos, camine en lugar de correr … ¡pero deje de moverse!
• Ropa holgada y calzado cómodo. No se recomienda la ropa muy ajustada porque interfiere con el retorno venoso, al igual que los tacones.
• No se pare ni se siente durante largos períodos de tiempo. Si tiene que hacer viajes largos en avión o automóvil, deténgase con frecuencia y levántese lo antes posible. Para compensar, siempre que tenga la oportunidad, levante las piernas por encima del nivel del corazón.
• Reciba masajes. Con agua fría (o un gel frío de la farmacia), regálate todos los días un buen masaje ascendente, como el recomendado por la asociación Cuida tus Veas. Acude siempre a una masajista física o centro de estética donde puedas conseguir un buen drenaje linfático o presoterapia, lo cual es muy útil para mejorar el edema.
• No los dejes abajo. Durante el verano, a nadie le gusta usar medias de compresión, pero es importante no dejar de usarlas, aunque solo sean unas pocas horas al día.
Nunca interrumpa el tratamiento
La adherencia a muchos tratamientos médicos disminuye con las vacaciones de verano … Es importante que esto nunca suceda, pero menos si la enfermedad, como ocurre, empeora con el calor. Por lo tanto, además de seguir los consejos de estilo de vida descritos anteriormente, debe continuar con los medicamentos que toma con regularidad. Además, en muchos casos, el médico puede incluso optar por aumentar o complementar el tratamiento.
Si no está tomando medicamentos específicos, existen suplementos o tratamientos dermatológicos que pueden ayudar a aliviar los síntomas, como geles orales o medicamentos venotónicos y flebotónicos de origen vegetal o de venta libre, como castaño de indias, ácido ascórbico, diosmina, oxerutina, ginkgo biloba, escoba de carnicero …