Feijóo y Ayuso tejen el nuevo telón duro del PP | España

Feijóo y Ayuso tejen el nuevo telón duro del PP |  España
Los presidentes de Madrid, Galicia y Melilla a su llegada a la Conferencia de Presidentes de Salamanca este viernes.JMGARCIA / EFE

la cortina de hoja de nabo, este muro invisible erigido como símbolo en los años ochenta debido al movimiento entre Galicia y el resto de la península, ya no existe entre Ayuso y Feijóo. La desgana y el rechazo que se manifestaron hace unos meses se han convertido en un nuevo eje del poder popular.

Los presidentes de Galicia y Madrid se preparan para forjar un equilibrio de poder dentro del PP, con una línea dura común de oposición al gobierno de Pedro Sánchez. El pasado viernes, a primera hora de la mañana, antes de caminar juntos hacia la Plaza Mayor de Salamanca para esperar al rey Felipe VI e inaugurar la XXIV Conferencia de Presidentes, Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso desayunaron en su hotel para trazar una estrategia de trabajo. Los únicos dos. Luego se unieron al resto de la delegación y, ya antes del plenario, con los demás presidentes a la cabeza, ejecutaron su plan.

Cada uno con su estilo, repitió las mismas consignas críticas contra Sánchez, desdeñó con casi las mismas palabras el significado de «reunión informal» y de nada sirve todo el nombramiento del presidente de España con los líderes de las 16 autonomías y las dos autonomías ciudades que si vinieron. El presidente catalán, Pere Aragonès, estuvo ausente, e incluso destacando esta ausencia de «privilegio y bilateralidad», Feijóo y Ayuso estuvieron de acuerdo, en este caso apoyados por todos los barones del PP y muchos socialistas.

Esta armonía entre Ayuso y Feijóo no era normal hasta ahora. Al contrario. Es muy reciente y aún tiene significados desconocidos para el futuro del PP. Hace un año, el presidente gallego, que obtuvo su cuarta mayoría absoluta con una campaña basada en el lema “Galicia, Galicia, Galicia” y su marca personal, no invitó a la Baronesa de Madrid a ningún acto. Ayuso tampoco logró convocarlo para taparla durante su presentación el pasado mes de mayo de cara a las elecciones en las que hizo a un lado y copió muchas tácticas del veterano referente gallego. Durante estos meses, además, han tenido fuertes y comentados enfrentamientos públicos sobre su forma de afrontar la pandemia y sobre la apertura y flexibilidad de horarios en Madrid, pero también sobre los asuntos internos del partido.

En una entrevista con La voz de Galicia el presidente gallego cuestionó la supresión de las restricciones del gobierno de Madrid en una de las oleadas del covid-19: “Madrid optó por una decisión de la que no me sentiría responsable si la aplicara en Galicia y, por tanto, he optado por otra ”.

Ayuso defendió a Casado cuando, tras la catástrofe de las elecciones populares catalanas, anunció el cambio de la sede central del PP a otro edificio fuera del histórico 13 de Génova, estigmatizado por casos de corrupción. Feijóo, a su manera, había expresado que no entendía del todo esta operación, que aún no se ha materializado. Ayuso respondió: «No me gusta enviarte mensajes o consejos a través de los medios».

Cambiar después de 4-M

El éxito de Ayuso en las elecciones del 4-M cambió la percepción del líder madrileño, también dentro del PP. Feijóo, este año no solo la reclamó por el homenaje que se le rindió en su nuevo pregón como líder gallega del PP, sino que también la colmó de elogios. Ayuso, tras el desayuno de este viernes, incluso tomó prestada más tarde, durante su rueda de prensa, la idea de Feijóo de que la cita «informal», en realidad, sólo se usaba para «hablar» mucho y no concluir nada ”. El gallego lo había enviado como «una sucesión de monólogos sin acuerdos ni novedades».

Los presidentes regionales socialistas quedaron impresionados por esta conexión en su oposición intransigente a Sánchez entre el llamado moderado Feijóo y el más hosco Ayuso y que muchos de los barones populares hablaban en términos muy hostiles afuera, frente a la prensa, y muchos más. pacificadores adentro, en la reunión formal. Lo ha subrayado en pleno el cántabro Miguel Ángel Revilla, ajeno a los vínculos de los grandes partidos: “Hay gente que viene, organiza conciliaciones en plena Plaza Mayor con el señor Casado y luego vienen aquí y no dicen nada. «

Revilla aludía así a la cena en la que Alfonso Fernández Mañueco, presidente de Castilla y León y anfitrión, se ofreció a los barones del PP con su jefe en el bar de la Posada Gonzalo, en la Plaza Mayor, para coordinar los cargos. A menos de 500 metros, en el restaurante del hotel Silken Rona Dalba, la ministra de Política Territorial y portavoz, Isabel Rodríguez, cenó con los presidentes socialistas con el mismo objetivo. Los más populares completaron el guión. Socialistas, menos.

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, notó con sorpresa este contraste entre el comportamiento público y privado de los políticos en su historial, en todo caso positivo, de la cumbre después de haber sufrido mucho en esta pandemia. Y fue uno de los que abogó por seguir juntos en el cogobierno entre administraciones hasta el final del túnel y, cuando acabe, eso sí, «lanzar la carrera electoral al voto». Fue una de las muchas ideas de Page, que según varios barones fue la que batió el récord en la extensión de su discurso y se prolongó hasta 22 minutos, cuando la mayoría de ellos se quedaron, ligeramente por encima de los 10 acordados. Algunas de las exposiciones, que tuvieron una duración total de seis horas, se realizaron entre bocadillos de jamón ibérico, que era la comida, para ahorrar tiempo.