FGR: Tomás Zerón contrató empresas fantasma en fiesta secreta
Durante la gestión de Tomás Zerón de Lucio como Director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) en la ex Procuraduría General de la República (PGR), se adjudicaron contratos de 10 millones de pesos (aproximadamente $ 500.000) a dos empresas que posteriormente terminaron en la lista de fantasmas. empresas elaboradas por el SAT. Uno de los contratos fue con una empresa que presuntamente produjo un video que muestra el trabajo de “inteligencia” del gobierno mexicano durante el gobierno de Enrique Peña Nieto para encontrar el paradero de Joaquín Guzmán Loera, entonces jefe del cartel de Sinaloa. Los recursos asignados a la firma provienen de la partida 33701 del presupuesto que se utiliza para gastos de seguridad nacional que no son transparentes por parte de las autoridades. Las irregularidades señaladas en parte de los gastos incurridos en este cargo durante la administración de Zerón están en el origen de una de las investigaciones que realiza la actual Fiscalía General de la Nación (FGR) contra el exfuncionario que se encuentra prófugo.
La Agencia de Investigación Criminal (AIC) fue creada en septiembre de 2013 bajo el gobierno de Peña Nieto como un organismo que concentraría en un solo organismo las tareas de inteligencia e información criminal, investigación y peritos. El objetivo de la AIC sería “incrementar la capacidad de investigación y generar información para la investigación de los delitos cometidos en la institución”, subrayó luego la PGR en un informe de trabajo. El organismo incorporó a su estructura la Policía Ministerial Federal, la Coordinación General de Servicios Periciales y el Centro Nacional de Planificación, Análisis e Información para el Combate al Crimen (Cenapi), que quedó bajo su mando. Zerón de Lucio fue designado titular de la AIC, que estuvo en el cargo hasta septiembre de 2016, cuando fue obligado a renunciar por acusaciones de los padres de los normalistas de Ayotzinapa, quienes lo acusaron de manipular las pruebas en la investigación del caso. Fuentes de la Fiscalía confirmaron que existen investigaciones en curso contra Tomás Zerón que involucran el uso de empresas pantalla, pero indicaron que no se podrían dar mayores detalles al respecto ya que se vería afectado el debido proceso.
En los tres años que Zerón estuvo al frente de la AIC, el organismo tuvo un presupuesto aprobado de 407 millones de pesos con cargo a las partidas 33701 y 55102, pero terminó gastando 1.529 millones de pesos, según datos del ministerio. Ahora se sabe que una gran parte de estos recursos etiquetados en juegos secretos de seguridad se han utilizado incorrectamente. En septiembre del año pasado, el fiscal Alejandro Gertz Manero acusó a Zerón de sustraer más de 1.000 millones de pesos del presupuesto de la PGR como “pago por sus infamias” en la Caso Ayotzinapa y con el consentimiento de sus superiores. Al respecto, la fiscalía obtuvo de un juez dos órdenes de aprehensión contra Zerón por los delitos de ejercicio abusivo del servicio público, malversación e igual fraude, según anunció. Animal político pasado noviembre. La Fiscalía investiga la presunta malversación de 1.102 millones de pesos a través de tres contratos presuntamente “amañados” para la adquisición de equipos de espionaje con cargo a gasto público y de seguridad nacional, detalló el portal en un informe.
Ahora, EL PAÍS anuncia que estos contratos irregulares se suman a otros por un monto de 10 millones de pesos que terminaron en dos papeleras. Con los recursos destinados a los elementos de seguridad, se adjudicaron contratos de cuatro millones de pesos a EBS Balance Organización y también se efectuaron pagos de seis millones de pesos a Asociados y Consorcio Corporativo SA de CV, según información proporcionada por el propio parquet. Datos proporcionados por SAT. Los contratos firmados con estas empresas no fueron transparentes porque formaban parte de los gastos en que incurría la FGR en sus misiones de seguridad y que implican el “secreto”. En el caso de EBS Balance Organización, la FGR dijo que solo encontró un contrato con esta empresa por 580.000 pesos, a pesar de que la SAT tiene registros de facturas emitidas por cuatro millones de pesos. El contrato, según respondió la FGR tras una solicitud de información realizada por este medio, se refería al “servicio de producción y postproducción del video de la labor de inteligencia vinculada a la detención de Joaquín Guzmán Loera”. En el caso de Asociados y Consorcio Corporativo SA de CV, no quiso dar detalles sobre la contratación, pero en los archivos de la comisión de transparencia de la PGR en ese momento, hay rastro de que se han destinado seis millones de pesos para artículo 33701.
EBS Solde Organización es una empresa constituida en Monterrey, Nuevo León, el 15 de marzo de 2013 con un objeto de negocio tan diverso que abarca desde la operación de sistemas de localización y rastreo de geosatelites hasta la venta de productos agrícolas y envasado de alimentos. También ofrece asesoramiento y consultas en materia fiscal y ambiental, de acuerdo con los estatutos consultados en el Registro Público de Comercio. En su historia comercial, ha celebrado contratos con varios municipios de Nuevo León. La sociedad Asociados y Consorcio Corporativo SA de CV también se constituyó en marzo de 2013 y se disolvió cinco años después en asamblea. La empresa chiapaneca ha sido acusada en esta entidad de haber recibido contratos para impartir cursos de contención emocional que nunca hizo. Un grupo de personal de la Secretaría de Empoderamiento de la Mujer dijo a los medios locales en 2016 que se burlaron de los talleres y que el personal se vio obligado a tomar fotografías para justificar la supuesta capacitación. Ambas empresas han sido incluidas en la lista de empresas que cobran por operaciones SAT simuladas.
Gastos injustificados
Parte de los 1.529 millones de pesos etiquetados en los artículos 33701 y 55102 – asignados a los distintos órganos que forman parte del organismo encargado por Zerón – fue mal gastado y sin respetar los criterios de riesgo, urgencia y confidencialidad, tal como se condicionó su uso, según a diversos informes del órgano de control interno de la Fiscalía. Durante una auditoría realizada en 2015 con el Centro Nacional de Planificación, Análisis e Información para Combatir la Delincuencia (Cenapi), se observaron deficiencias en términos de control y supervisión. El informe indica que en octubre de 2014, Cenapi firmó un contrato de 71,4 millones de pesos con el proveedor Vans y Subs de Lujo SA de CV para la adquisición de 24 vehículos que serían utilizados en actividades tácticas. Sin embargo, cuando se cumplió el plazo de entrega, el proveedor solo entregó cuatro unidades que fueron cargadas al ítem 55102 (equipo de seguridad), en violación de los términos pactados en el contrato.
En otra auditoría realizada en 2015 con la Policía Federal Ministerial, se detectó falta de justificantes y gastos injustificados en el rubro 33701. La entidad no contaba con los documentos que justifiquen y verifiquen el gasto otorgado por 23,3 millones de pesos, referido a viajes. gastos, estadías y gastos de investigación proporcionados a los funcionarios durante 2014. “Las verificaciones de recursos que realiza la Policía Federal Ministerial carecen de precisión y confiabilidad”, destaca. Además, los funcionarios no presentaron la opinión oficial de la comisión, investigación o actividad especial a realizar. También se constató que los recursos no tomados en cuenta en el párrafo 33701 habían sido utilizados y por lo tanto no provenían de actividades especiales que involucraran riesgo, urgencia o confidencialidad. “Esto genera omisiones en la normativa aplicable, lo que conlleva una falta de transparencia en el ejercicio del presupuesto destinado a tal efecto”, estimaron los auditores.
En otra auditoría también realizada con la Policía Ministerial Federal, se encontraron irregularidades en el parque de vehículos, pues durante un control físico no se localizaron 31 unidades. Dentro de la Coordinación General de Servicios Expertos, los auditores observaron que se habían adquirido y recibido 72 bienes en diciembre de 2013 y que en septiembre de 2015 – en el momento de la auditoría – estaban empaquetados y sin usar. La adquisición de estos insumos costó 46,3 millones de pesos y fue necesaria para el establecimiento de cuatro laboratorios regionales de genética forense que aún no se habían construido.
Se investiga el mal uso de este objeto en otra unidad de la difunta PGR. En julio del año pasado, EL PAÍS anunció que la fiscalía actual que encabeza Gertz Manero investigaba a la división de asuntos internos, oficialmente conocida como Inspección General, porque entre 2013 y 2014 dejó 102 millones de pesos de un rubro por motivos de seguridad. Si bien el uso de estos fondos es de carácter reservado ya que se utilizan para investigaciones o pagos a informantes, los funcionarios deben justificar su uso internamente mediante un expediente detallado, lo cual no se ha realizado adecuadamente. Además, los investigadores de la RGF detectaron movimientos extraños en la entrada y salida de dinero de las cuentas de Interior y concluyeron que no era posible saber si el gasto se aplicó o no en las investigaciones de la Dirección General.
Javier Oliva Posada, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, señala que entre el gasto en seguridad hay elementos que son muy difíciles de transparentar porque podrían poner en peligro la vida de los policías. “La cuestión de las dimensiones de la seguridad nacional es sumamente compleja desde el punto de vista administrativo. Por eso, en ciertos aspectos, la transparencia podría ser objeto de una excepción dependiendo de la asignatura ”, dice el académico. Una solución para asegurar que estos fondos sean debidamente auditados es contar con agencias fuera de los campos de seguridad, como instituciones educativas, que ayuden a auditar y supervisar el correcto ejercicio de estos elementos. El experto en seguridad nacional menciona que también es muy común que el presupuesto ejercido termine siendo superior al aprobado porque en materia de seguridad no se pueden prever situaciones que surgen inesperadamente y que necesitan ser resueltas. “Esto también sucede con mucha frecuencia en el comité de adquisiciones del Congreso de los Estados Unidos, por ejemplo, donde hay ajustes presupuestarios ante preocupaciones de seguridad nacional”, dice.
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