Fiscalía interroga al perito que apoya a Fernández Díaz en el caso «Cocina» | España

Fiscalía interroga al perito que apoya a Fernández Díaz en el caso "Cocina" |  España
Jorge Fernández Díaz, exministro del Interior, y Mariano Rajoy, expresidente del Gobierno, en un acto de 2015.Prensa de Europa

La Fiscalía Anticorrupción cuestiona las conclusiones del perito que apoya a Jorge Fernández Díaz, exministro del Interior y acusado por la Caso de cocina, el operativo parapolicial destinado a espiar a Luis Bárcenas con el supuesto objetivo de extraer documentos comprometedores para altos funcionarios del PP. El Ministerio Público interrogó este miércoles al analista y lo acusó, según fuentes judiciales presentes en el comunicado de prensa, de que, con base simplemente en lo que considera «sospechas», cuestiona la veracidad de los mensajes móviles que rodean al ex miembro del gobierno. de Mariano Rajoy.

El propio exministro concedió una gran importancia a este informático, Javier Rubio, al que ahora la Fiscalía pone en entredicho. Si bien la investigación aún estaba sujeta a secreto sumario y rodeó la antigua cúpula de la Gobernación, uno de los ex altos funcionarios nombró a —Francisco Martínez, exsecretario de Estado de Seguridad y mano derecha durante los años de Fernández Díaz, acudió a dos notarios para grabar toda una batería de mensajes móviles que le envió su jefe cuando fundó Kitchen. Estos textos mostrarían que el exministro tenía conocimiento de la operación de espionaje contra Bárcenas, pero el exjefe del PP negó que fuera suyo ante el magistrado Manuel García-Castellón, instructor de la Audiencia Nacional.

Precisamente, para afianzar su tesis, la defensa de Fernández Díaz remitió al juez el informe de este perito, quien estudió los actos notariales y no solo cuestionó que los mensajes provengan del exministro, sino que también destacó que ‘podrían ser manipulados’. Pero, para la fiscalía, sus deducciones no valen nada, como demuestra el interrogatorio al que fue sometido el pasado miércoles. Según varias fuentes judiciales presentes, el representante Anticorrupción le recordó que para su análisis solo contaba con los escritos del notario y, en consecuencia, «no hizo ninguna [estudio] la propia forense en un móvil que se derriba y que establece qué mensajes tiene, qué aplicaciones tiene y qué mensajes se pueden borrar ”.

El fiscal insistió en esta línea y, según las mismas fuentes, subrayó que para «determinar si ciertos mensajes son falso [falsos]Necesitaría volcar los datos del teléfono. “Entonces, incluso si arrojas sospechas sobre algunos SMS, ¿no puedes certificar que estos SMS fueron creados?”, Insistió el fiscal cercano al perito, quien reconoció a regañadientes sus límites: “No puedo certificar que estos SMS fueron creados. Puedo decir es que, técnicamente, no son SMS ”. Pero Anticorrupción no se rindió:“ Con la evidencia que has analizado y las técnicas que has aplicado, no puedes concluir que estos mensajes fueron creados o manipulados. […] Que existe tal posibilidad, pero no que en este caso [se hiciera]”.

«¿Puedes decir sin vaciar que estos mensajes son mensajes creados?» Volvió a la acusación anticorrupción, a la desgana del perito.

«A ver, les puedo decir que están dando señales …» respondió Javier Rubio.

-¡Pero no es lo mismo!

—Categóricamente, no [puedo decir que esos mensajes fueran creados ad hoc].

«Porque, para decirlo, debería haber hecho un análisis forense de la terminal», dijo el fiscal.

El celular de Fernández Díaz

Durante el interrogatorio, el experto en informática reveló información hasta ahora desconocida. Según él, el exministro le entregó uno de sus teléfonos celulares para que revisara si el SMS sospechoso estaba adentro. Para sorpresa de la fiscalía, que luego le preguntó por qué no había incluido esta información en su estudio, Rubio llega a decir que invirtió el contenido de este teléfono -que, tras algunas contradicciones, asegura que ‘no es el uno que usó Fernández Díaz cuando comenzó Kitchen, y todavía tiene una copia. De inmediato, el fiscal solicitó al juez que lo requiriera al analista, a lo que García-Castellón accedió.