Fiscalía no ve delito en el fracaso de la moción de censura en Murcia | España

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La Fiscalía no ve delito en el fracaso, el pasado mes de marzo, de la moción de censura contra el presidente de Murcia, el popular Fernando López Miras. El fiscal propuso presentar una denuncia por el presunto delito de corrupción que presentó Podemos contra el secretario general del PP, Teodoro García Egea, el presidente murciano, el exjefe de ciudadanía Fran Hervías y los tres diputados de Cs que, a diferencia de lo acordado para la dirección regional del partido, votaron en contra de la moción.

La denuncia de Podemos se basó en que los tres ciudadanos parlamentarios (Francisco Álvarez, María del Valle Miguélez y Alberto Castillo) que aseguraron que el acuerdo entre Cs y el PSOE no permitía la destitución de López Miras del gobierno recibieron asesoramiento a cambio por cambiar su voto. La Fiscalía Suprema considera, sin embargo, que el cargo que se les confía no puede ser considerado como una “recompensa ilícita” porque, según el decreto firmado por el fiscal Javier Zaragoza, si se les nombra asesores a cambio de evitar la caída de López Miras es -También podría ser un delito de corrupción darle estos cargos por votar a favor de la moción de censura.

La Fiscalía sostiene que de la información publicada en los medios se extrae que la ruptura del pacto por parte de los diputados de Cs se debió únicamente a motivos «políticos», «identificables con un problema de liderazgo en Ciudadanos al candidato propuesto en la solicitud de censura y». el que en ese momento era vicepresidente del gobierno regional de la Comunidad ”.

Al explicar su decisión, la Fiscalía advierte que la jurisprudencia de la Corte Suprema sobre corrupción entre funcionarios públicos se limita a tres casos en los que los asesores recibieron dinero o bienes inmuebles por cambiar el rumbo de sus votos, pero no hay antecedentes de persecución. un político por aceptar un cargo público como resultado de un acuerdo entre las partes. Según la Fiscalía, para un diputado, oponerse a un acuerdo político firmado por su partido es tan «políticamente aceptable» como participar en él, porque los parlamentarios no están legalmente sujetos a ninguna disciplina electoral.

Además de los diputados que desestimaron la moción, la denuncia de Podemos se dirigió directamente contra García Egea y Fran Hervías, que horas después del acuerdo entre López Miras y los tres desertores liberales anunciaron que dejaba Cs y se unía al PP, por ser necesario cooperadores o inductores de un delito de corrupción. El fiscal sostiene, sin embargo, que no hay pruebas en su contra, por lo que se niega a llamarlos a declarar, tal y como solicita Podemos.

Tras conocer la decisión de la Fiscalía, el coordinador regional de Podemos en Murcia y secretario del Consejo del Congreso, Javier Sánchez Serna, calificó de «preocupante» el hecho de que la Fiscalía no vea corrupción en el acuerdo político que frustró la moción de censura. . «Es preocupante que la justicia apruebe el transfuguismo, una práctica corrupta que socava los cimientos de la democracia y las instituciones», dijo Sánchez Serna, quien insistió en que el PP «compró diputados» que consiguieron el apoyo de 140.000 murcianos a los que no eligieron. esta fiesta. Según el dirigente murciano, aunque los hechos no son punibles penalmente, lo ocurrido en Murcia el pasado mes de marzo es “corrupción”.

El dictamen elaborado por el Pacto Antitransfuguismo el pasado mes de julio consideró como desertores tanto a López Miras como a los diputados ciudadanos que no respetaron el acuerdo entre su formación y el PSOE. El informe rechazó las alegaciones del PP, que no consideró que se tratara de transfuguismo porque consideró que los diputados de Cs se mantuvieron «fieles» al acuerdo de gobierno celebrado en julio de 2019 entre populares y naranjas. Sin embargo, la misiva afirmaba que los diputados de Cs habían acordado firmar la moción de censura contra López Miras, promovida por su socio de gobierno y los socialistas, pero luego se retractó de su posición y del criterio de su partido, que asume «la primera causa del transfuguismo». Y lo hicieron, prosigue la opinión, porque negociaron «con el presidente del ejecutivo regional para llegar o permanecer en puestos de gobierno», lo que es «una segunda causa» para ser considerado desertor.

La crisis murciana llevó al PP a abandonar el pacto antitransfugismo, firmado por los partidos con representación parlamentaria en 1998 y actualizado por última vez en 2020. Este acuerdo considera a un representante político que se desvía de los criterios marcados por «los órganos competentes» del partido por el que fue elegido, y del que se aparta de la disciplina de su partido.