Godot espera que pase la pandemia | Babelia

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Un sugerente montaje de Hipólito d’Eurípides, dirigida por Rogério de Carvalho, inauguró hace unos días la 38ª edición del Festival de Almada, que se desarrolla hasta el 25 de julio en seis escenarios de esta ciudad portuguesa y dos más en Lisboa, su vecina del otro lado del río Block. El evento, uno de los más prestigiosos del continente europeo, reúne 21 espectáculos, la mitad de ellos de empresas locales. Entre los exteriores destacan dos españoles: Miguel de Molina desnuda, de ngel Ruiz, y Rebota, rebota y en tu cara explota, de Agnès Mateus y Quim Tarrida, ganadora del premio del público en la edición anterior.

Hipólito Le montage commémoratif du 50e anniversaire de la Compagnie de Théâtre Almada, commence par de mauvais présages, car ses interprètes ne parviennent pas à naturaliser les gestes extrêmes que De Carvalho leur marque : le magicien ne doit pas être vu le tour, ni l’acteur la marca. Pero, más tarde, Eurípides se abrió paso gracias a que Anabela Ribeiro y Carolina Domínguez tambaleaban los parlamentos del coro con la frialdad de una esfinge, la precisión de un tirador olímpico y la musicalidad de las hermanas pianistas Katia y Marielle Labèque: en ellas él allí. es un eco de las segadoras Hamletmachine por Robert Wilson. Las variaciones que se introducen en su discurso son sencillas, rítmicas y efectivas. También los últimos monólogos de Cláudio da Silva (Hipólito), Teresa Gafeira (Fedra) y Marques D’Arede (Teseo) atraviesan el trágico laberinto de Eurípides. Acostumbrados al teatro sonoro electrónico que está ganando terreno en España, es un placer escuchar a estos actores portugueses con tan buena proyección vocal alta, clara y con un cuerpo limpio. Cuando el iluminador Guilherme Frazão, modelo expresionista del claroscuro, la escenografía ciclópea de José Manuel Castanheira, inicialmente inhóspita, adquiere una dimensión inesperada.

Dirigida por Ivica Buljan, del Mini Teater de Ljubljana, Historia de violencia es la adaptación de una novela autobiográfica en la que el escritor francés Édouard Louis cuenta cómo fue golpeado y violado por un romance de una noche de origen norteafricano, tras encontrarse con él en la esquina de la calle. En su producción, Buljan envuelve la tortura y violación de Louis en dos pantallas. Durante este tiempo, su intérprete de carne y hueso revive el encuentro desde el momento del encuentro hasta la tortura final, y relata el hecho a su hermana, una periodista y un policía. El montaje es limpio en su estética, pero ruidoso en su ejecución: no quisiera estar en la piel del actor que interpreta al que recibe las bofetadas. Louis, que viajó a Almada para asistir a la función del domingo pasado y que gana doble en el festival con el estreno de Quien mató a mi padre en la versión dirigida por Ivo van Hove, salió del teatro a los 30 minutos porque no soportaba revivir lo sucedido con tanta claridad.

Aurora negra, Escrita, dirigida e interpretada por Cleo Diára, Isabél Zuaa y Nádia Yracema, actrices de gran presencia y magnetismo, habla de estereotipos raciales sin abrir debate. Los tres son portavoces de una misma opinión: parecen olvidar que el teatro debe ser dialéctico para mantener el interés. Agradable sorpresa, por el contrario, la ofrecida por las actrices Carla Galvão y Sara de Castro con Personajes de Duas, fiel adaptación de Función para dos personajes, Obra tardía en la que Tennessee Williams, influenciado por el teatro del absurdo, libera a un actor y una actriz desatendidos por su compañía. En este montaje, realizado por las dos intérpretes, dos hermanas actrices preparan una actuación en busca de un éxito improbable, tras dos temporadas ruinosas.

Encarnado por De Castro y Galvão, Personajes de Duas es en parte una reinterpretación femenina, actualizada y meta-teatral de Esperando a Godot: a Beckett escrito por Williams. Mucho de lo que dicen Clara y Felicia, hermanas introspectivas, podría ponerse en boca de Vladimir y Estragon. El espacio escénico de Eric da Costa, la iluminación de Teresa Antunes y el sonido de Milhano y Moreira son precisión al estilo de Robert Wilson y se mezclan meticulosamente con el trabajo de los intérpretes. Finalmente, Amistad, Inspirado en un sketch cinematográfico que Pasolini realizó para su amigo Eduardo de Filippo, parte de una idea seductora y reúne a tres buenos actores, pero no concreta del todo los espíritus que invoca. En los próximos días, el Festival presentará un montaje sobre la guerra que libró Portugal entre 1961 y 1974 en Angola, Mozambique y Guinea-Bissau: Um segmento nunca vuelve a ser el mismo, de Rodrigo Francisco, y una adaptación de Viajar a portugal de José Saramago, coescrito y codirigido por Joana Craveiro.

Día de Almada (Portugal). Hasta el 25 de julio.

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