Irene Paredes: “Vamos todas a una” | Fútbol | Deportes

Cansadas, pero entregadas a la causa. Así llegaron las futbolistas de la selección española al partido de su estreno en la Nations League. Un partido que arrancó con una reivindicación: “Nuestra lucha es una lucha global”. Y con el calor tanto del rival como de la afición sueca, que distingue a la perfección que hay momentos para todo: para aplaudir cuando sale a calentar el equipo campeón del mundo, que es noticia desde hace un mes por casi todo menos por lo que debería; y para apretar, silbar y gritar cuando ya rueda el balón y el ánimo lo necesitan las suyas. “Es bonito el apoyo”, concedió Irene Paredes, que agradeció el papel que asumieron especialmente las futbolistas suecas: “Ya lo comentamos, no es algo que nos ocupe solo a nosotras, sino a todas. Lo que hemos podido escuchar de ellas es que se sienten parte de esto. Vamos todas a una”.

El comportamiento de la selección liderada por Kosovare Asllani, ya días antes de la disputa del partido, cuando dijeron que apoyarían a las españolas incluso si se estudiaba boicotear el encuentro, fue pura sororidad. “Suecia siempre es una selección ejemplar, por su juego, pero también como sociedad y por su cultura. Y ellas son un gran equipo. Les hemos dado las gracias porque al final, como decía la pancarta, es una lucha global. Son solidarias, así da gusto”, se sumaba Mariona Caldentey, un percutor por la banda, protagonista tanto para rematar jugadas propias como para atajar ataques del rival.

Un mes después de que estallara el ya conocido como caso Rubiales, las jugadoras volvieron a jugar a fútbol. Y se sintieron de maravilla. Al fin. “Hacía tiempo que no veía a estas jugadoras disfrutar tanto”, afirmaba la seleccionadora nacional, Montse Tomé, que se estrenaba en el cargo. Y decía no sentir presión alguna: “Tenía mucha confianza en mí y en mi trabajo. No hemos podido trabajar. No nos han permitido estar centrados en el fútbol. Solo tenía ganas de empezar a trabajar”. Ella y todas.

¿Se sintieron liberadas? “Más que liberación, es felicidad. Si hoy no hubiéramos ganado no tendríamos nada que reprocharnos”, asumía Mariona. “No era el mejor momento, no estamos en las mejores condiciones, pero es lo que nos gusta, lo que nos libera. Estábamos más cansadas de lo habitual, pero hemos jugado muy bien. Sabemos para lo que estamos aquí. Han sido días duros, pero hemos puesto especial hincapié en descansar y comer bien. Es lo que sabemos hacer, hemos disfrutado”, decía Irene Paredes, que ha recuperado el brazalete de capitana, ese que perdió tras la crisis de las 15 de hace un año, aquella en la que empezaron a pedir lo mismo que han empezado a conseguir ahora.

En realidad, explicó Paredes, puesto que se abría una etapa nueva, las jugadoras votaron a la capitanía y salió Alexia por delante de ella. “Pero bueno, ya sabemos lo que es Alexia. Ella me ha pedido que lo llevara y se lo agradezco. Para mí lo del brazalete al final es algo simbólico. No actuaré diferente lo lleve o no”.

Athenea del Castillo sigue siendo protagonista

Athenea del Castillo fue una de las jugadoras más en el foco estos días por su posición, única dentro de la selección, de no renunciar a la convocatoria y pedir jugar expresamente para continuar con las reivindicaciones desde dentro. Nadie más dio ese paso entre las mundialistas. Y cuando el balón se puso en marcha, también fue protagonista. El empate a uno vino de un disparo suyo desde la frontal. “Por fin hemos vuelto a jugar, que es lo que todas queríamos”, dijo al término del encuentro.

“Han sido días difíciles para todos. Estábamos en una situación muy complicada. Al final, hemos demostrado que somos un gran equipo, que queremos representar a nuestro país de la mejor manera. Como habéis podido ver, hemos dado el máximo y nos hemos vaciado. Creo que va de eso, de luchar hasta el final e intentar que todo siga en esta línea, que los cambios que se están produciendo continúen y que el equipo lo va a dar todo”, añadió.

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