Iván Duque: La violencia policial está fuera de control en Colombia | Internacional

Iván Duque: La violencia policial está fuera de control en Colombia |  Internacional
Choque entre policías y manifestantes en las calles de la ciudad de Cali, Colombia.LUIS ROBAYO / AFP

Los disparos resuenan en la oscuridad, la carrera y los aullidos. Colombia vivió otra jornada de violencia en las calles en la madrugada del martes que alertó a organismos internacionales. La ONU y la Unión Europea condenaron la brutalidad policial y pidieron que los responsables de la represión rindan cuentas de sus acciones. Oficialmente, hay 19 muertos y más de 800 heridos desde que comenzaron las protestas el miércoles pasado por una reforma tributaria que el presidente Iván Duque ya retiró.

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Las escenas más impactantes provienen de Cali, donde se ha producido el mayor número de muertes. Los enfrentamientos entre policías y manifestantes fueron constantes durante la madrugada del martes. Hay imágenes de vehículos blindados que dispersan a la multitud con gases lacrimógenos y explosiones de armas. Se incendió el primer piso de un hotel donde se alojaban agentes de policía. Los manifestantes establecieron puestos de control en las principales carreteras de acceso y el aeropuerto fue bloqueado. Los estantes del supermercado estaban vacíos. Las autoridades han abierto pasillos para que la ciudad de 2,2 millones de habitantes se abastezca de gasolina, medicinas y alimentos.

La Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas dijo que los funcionarios sobre el terreno presenciaron un «uso excesivo de la fuerza por parte de la policía». La portavoz de la oficina, Marta Lamas, en una conferencia de prensa dijo que los agentes utilizaron munición real, golpearon a los manifestantes y que se habían producido arrestos. «En el contexto de una situación tensa e inestable en la que algunos manifestantes también fueron violentos», agregó.

Bruselas también ha reaccionado a la crisis colombiana. El portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior, Peter Stano, dijo que el sindicato condenó los actos de violencia que tienen como objetivo «los derechos legítimos a la protesta, la libertad de reunión y expresión». Dijo que confiaba en las instituciones colombianas para investigar y encarcelar a los responsables de abusos y violaciones de derechos humanos.

Las protestas, en su mayoría pacíficas, en ocasiones han dado lugar a actos vandálicos. Los manifestantes incendiaron autobuses y bancos y saquearon tiendas. Las autoridades dicen que hay más de 400 policías heridos. El presidente Iván Duque calificó los disturbios de “terrorismo urbano de baja intensidad”. El tótem de la derecha colombiana, el expresidente Álvaro Uribe, escribió en un tuit, luego borrado por la red social por violar sus estándares, en el que apoyó el derecho de soldados y policías a usar sus armas para defender su integridad. La izquierda lo interpretó como una invitación al derramamiento de sangre. El ministro de Defensa, Diego Molano, aseguró que los hechos de violencia habían sido premeditados, organizados y financiados por los disidentes de las Farc, un pequeño grupo que no respetó el proceso de paz, y el ELN, la última guerrilla reconocida en Colombia. Hasta el momento, no hay evidencia de que este sea el caso.

La reforma fiscal ha sido la razón cíclica por la que la gente ha salido a protestar, pero como un maremoto en el fondo, hay una gran insatisfacción con la condición general de la nación. Colombia, la cuarta economía más grande de América Latina, sufrió una caída del 6,8% en el producto interno bruto (PIB) en 2020, la mayor en la historia registrada. El desempleo cerró el año de la pandemia en el 15,9%. Esto llevó al 42,5% de los colombianos a la pobreza. Los datos representan un descenso de casi una década.

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