La huella de la conquista en el arte americano entra en el Prado | Cultura

La huella de la conquista en el arte americano entra en el Prado |  Cultura
Una persona observa una obra durante la presentación de la exposición ‘Tornaviaje. Arte Iberoamericano en España ‘en el Museo del Prado.Alejandro Martínez Vélez – Europa (Europa Press)

Una gran pantalla de más de seis metros de largo se extiende en el centro de una de las salas del Museo del Prado. Las tablas representan el Historia de la conquista de Tenochtitlan y la vista de la Ciudad de México. Hay 145 personajes vivos representados y uno muerto. La pintura salta los bordes de las bisagras, pasa de una a otra y de un lado a otro. Es de 1692-1696. Vino de México a la península. Es parte de este intercambio entre las dos partes del mundo resultante de la conquista. Hasta hace poco, era un objeto abusado por el tiempo en una casa particular en algún lugar de España. Ahora, tras una exhaustiva restauración del museo, es una de las principales piezas de la exposición. Tornaviaje. Arte iberoamericano en España, con el que el Prado pretende saldar una deuda con una representación artística que forma parte del patrimonio cultural de España aunque es desconocida para la mayoría. Y no solo del público.

La historia de esta pantalla es quizás la mejor metáfora de la relación artística entre España y América Latina. Una pista de la que hay menos de cinco similares en todo el mundo (y de menor calidad) y que acaba en manos de una familia por herencia familiar mexicana. Los herederos desconocen su valor, por eso el tiempo se encarga de revolver el trabajo: golpes, agua, mal almacenaje. Hasta que un académico encontró una imagen en blanco y negro publicada en una revista especializada en la década de 1940 y comenzó a estudiarla. Este hallazgo casual y la labor investigadora de profesores y especialistas no solo marcan la historia de esta pantalla, sino que su conjunción se repite a lo largo de la exposición y determina el rumbo de muchas de las 107 obras que Rafael López Guzmán, catedrático de Historia de Iberoamérica. Arte de la cultura americana de la Universidad de Granada y comisario de la exposición, reunió más de cuatro años de trabajo que debieron posponerse hasta enero de 2020, fecha prevista para su inauguración, debido a la pandemia.

'Pantalla de Estrado (Historia de la conquista de Tenochtitlan)'.  Obrador de los Correa.  1692-96.  Madrid, Colección particular
‘Pantalla de Estrado (Historia de la conquista de Tenochtitlan)’. Obrador de los Correa. 1692-96. Madrid, Colección particularAlejandro Martínez Vélez (Europa Press)

López Guzmán trabajó con 31 provincias españolas, en particular con entidades religiosas, además de otras instituciones como el Museo de América y el Museo de Ciencias Naturales, entre otras, para recopilar una representación del arte virreinal que no impida la conquista, la Saqueo de materiales primos, apropiación cultural o evangelización forzada de los pueblos de América Latina. Todas estas palabras están en los carteles de muestra, pero acompañadas de descripciones artísticas que ayudan a comprender el valor estético de determinadas obras que durante demasiado tiempo han sido consideradas como «interesantes piezas documentales y testimonios antropológicos, minimizando en ellos su contenido estético. Museos», Miguel Falomir, director del museo, aclaró durante la presentación.

«La mayoría de ellos llegaron a España por los puertos de Sevilla y Cádiz y se repartieron por todo el país», dijo el comisario. “Se pierde la historia de su origen y el lugar donde se asientan, para pasar a formar parte de la vida cotidiana de las instituciones religiosas”. El profesor ha trabajado durante años en los inventarios que cada comunidad autónoma debe hacer del patrimonio de la Iglesia. No existe un criterio único para documentar estos elementos y la tasa de catalogación difiere en cada territorio. El experto asegura que el acceso a las obras no fue complicado. Las instituciones que cierran son más opacas.

Experiencia compartida

En la exposición hay una gran cantidad de piezas de iconografía religiosa que representan la devoción en ambos sentidos del viaje. «La Virgen de Guadalupe, patrona de toda América, logró tal consagración en España que llegó a eclipsar a Guadalupe de Cáceres», recordó el comisario. Hay tallas de juncos estadounidenses de parroquias españolas cuyas comunidades religiosas tal vez no sepan que este Cristo al que alaban está hecho de materiales del otro lado del océano. O la representación tan poco utilizada en España de la Santísima Trinidad del monasterio de Santa Engracia, en Olite (Navarra), que recuerda la forma en que se evangelizó con esta imagen que sirvió para explicar este complejo dogma cristiano. “La tesis principal de la exposición es contar al público español una historia que desconocen: que el tráfico artístico no es unidireccional como nos habían contado, sino que se compone de un flujo bidireccional”, dijo Falomir. «Después de la conquista de América y hasta la independencia, llegaron más objetos de América a España que de Italia o Flandes».

'La Santísima Trinidad' atribuida a José de Alcíbar en 1753.
‘La Santísima Trinidad’ atribuida a José de Alcíbar en 1753.Javier Lizon (EFE)

La brutalidad de la conquista está en una gran pintura anónima de la Conquista y reducción de los indios infieles de Paraca y Pantasma. Racismo, en un retrato de Antonio Rodríguez en el que están representadas María Luisa de Toledo y una mujer indígena. La representación del subcontinente americano se hizo de forma paisajística: no existía el norte y el sur, sino el este y el oeste. El urbanismo a través de las grandes plazas de la ciudad nos permite entender que la conquista se hizo en todos los frentes. La explotación de grandes recursos naturales está en una gran cruz de plata de más de 40 kilos. En los galeones, la plata no llegaba solo en forma de lingotes.

La obra Santo Cristo de Zacatecas de Obrador Novohispano de 1576.
La obra Santo Cristo de Zacatecas de Obrador Novohispano de 1576.Javier Lizon (EFE)

Estas no son las obras más conocidas de este tipo de arte, dijeron los organizadores. De hecho, muchos de ellos se encontraban en un pésimo estado de conservación y fueron mejorados tras su paso por los talleres del Prado. Un trabajo que permitirá a muchos de ellos no salir de España hacia Estados Unidos, que se ha convertido en el principal mercado del arte virreinal. O al menos, ese es el deseo del Museo del Prado, que su director confesó que pretende saldar su propia deuda y colgar ejemplos de este tipo de manifestaciones artísticas en sus salas.