La mayoría de las internacionales de la selección femenina se quedarán en la concentración y viajarán a Suecia | Fútbol | Deportes
La mayoría de las futbolistas convocadas el lunes por la seleccionadora nacional Montse Tomé han mostrado su “voluntad” de quedarse en la concentración de la campeona del mundo. 21 de las 23 seleccionadas viajarán a Gotemburgo para medirse a Suecia en el inicio de la Liga de Naciones, según ha confirmado en la madrugada de este miércoles el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), Víctor Francos, tras reunirse durante horas con el equipo.
“21 jugadoras han mostrado su voluntad de quedarse. Tengo que ser sincero, las jugadoras están en un momento complicado y creo que es una buena noticia decir que la selección femenina disputará los dos partidos con garantías y victorias”, ha señalado Francos. El dirigente ha recalcado que dos jugadores “han solicitado la posibilidad de abandonar la concentración por razones de falta de ánimo y malestar personal” y que se ha buscado una fórmula que no conlleve sanciones.
“La primera cosa que las hemos transmitido es que quien no estuviese a gusto por la razón que sea que supiese que no se va a encontrar ni en la federación ni en el CSD con un proceso sancionador”, ha sentenciado. Además, ha explicado que en su presencia el cargo de Montse Tomé “no ha estado en el debate” y que la reunión ha transcurrido en un “tono amable” y donde todas las partes pudieron “hablar con absoluta libertad”.
El presidente del CSD ha explicado que las futbolistas y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) han llegado “a una serie de acuerdos redactados y firmados por la RFEF y el CSD que irán en conjunto”. Así, se constituirá “una Comisión Mixta de tres partes para poder hacer un seguimiento de estos acuerdos”, detallando que los que “afectan” meramente a su organismo tienen que ver con temas de “políticas de género, de avanzar en la igualdad de salarios o la calidad de las infraestructuras”.
Francos ha subrayado que las jugadoras habían mostrado “su preocupación ante la necesidad de hacer cambios profundos” y que la federación “se ha comprometido a hacerlos de forma inmediata”, aunque no ha querido aclarar ninguno en concreto y ha emplazado a la federación para que sea ella quien los comunique.
Día de incertidumbre
La inmensa mayoría de las jugadoras de la selección española no querían estar concentradas. Ni en Madrid, donde empezaron algunas, ni en Oliva, donde se reunieron todas anoche en un cambio de planes de última hora que las alejaba del foco mediático de Las Rozas, pero también de aquellos dirigentes federativos —por ejemplo, Andreu Camps, secretario general, la cabeza más deseada por las mundialistas— con quienes no quieren volver a tratar desde que estallara el caso Rubiales, desde que el ya expresidente besara sin consentimiento a la delantera Jenni Hermoso y nadie en el seno de la Federación Española de Fútbol (RFEF) le diera a la jugadora el mínimo espacio de protección.
Las 23 futbolistas convocadas, 19 de las cuales habían firmado un comunicado en que demandaban cambios estructurales en la federación antes de volver a enfundarse la roja, no tenían el ánimo. Pero respondieron. Todas, salvo Esther González, jugadora del Gotham (EE UU), que causó baja por lesión. Las primeras en llegar fueron las que venían de Madrid, las últimas las que aterrizaron desde Barcelona, y con retraso, en el aeropuerto de Manises, incluidas dos de las más beligerantes con la federación: Patri Guijarro y Mapi León, que no se mordió la lengua al asumir que viajaba “obligada”.
Esta nueva negativa de las jugadoras a ser convocadas se explica por la crisis abierta desde que el ya expresidente Luis Rubiales le plantara un beso en la boca a Jenni Hermoso en plenas celebraciones por el Mundial. Pero también tiene mucho que ver con el inmovilismo y la incapacidad de la federación de asumir que las futbolistas y la sociedad exigen sacudir los cimientos de una federación gobernada de manera caciquil por los dirigentes territoriales, empeñados en perpetuar su status quo más que en responder a las demandas de los deportistas. Desde el caso Rubiales, de la RFEF apenas han salido el propio expresidente, que dimitió tres semanas después, y el que fuera seleccionador, Jorge Vilda, pero no ha caído ninguno de los cargos federativos a quienes las futbolistas señalan por su proceder, a quienes acusan de coacciones a Hermoso, presiones y unas maneras de hacer machistas.
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