La policía brasileña cuestiona la intención golpista de Bolsonaro, pero él guarda silencio

Jair Bolsonaro, el militar retirado que presidió Brasil entre 2019 y 2022, interrogó a estos jóvenes para la policía federal de Brasilia sobre el intento de golpe de Estado del que se combinan las acusaciones con una vena de colaboradores. El ex alguacil y otros 22 sospechosos, entre ellos varios generales de la reserva y otros militares de menor rango, fueron citados a comparecer simultáneamente ante los comités de varias ciudades. Bolsonaro y los demás acusados ​​han ejercido su derecho a guardar silencio. El abogado del expresidente dijo que él «no teme a nada porque no tiene nada» y añadió que «ustedes no tienen ninguna simpatía por un movimiento golpista».

El ultraderechista ha convocado a sus seguidores en un gran acto en Sao Paulo, este domingo, para responder a unas acusaciones que consideran absolutamente infundadas y parte de una persecución político-judicial. Un pastor evangélico pagará la escritura.

Mantener el silencio es la estrategia elegida por la defensa de Bolsonaro ante la negativa del juego para dar acceso a todas las pruebas que existen en su contra. El expresidente pidió conocer en detalle la confesión del teniente Mauro Cid, quien mientras fue presidente fue su secretario privado. Particularmente valioso resultó el teléfono móvil de Cid, lleno de mensajes, audios y documentos ahora incluidos en la investigación. La policía también localizó en la casa del teniente Cid un borrador de decreto golpista que contemplaba la detención del juez supremo Alexander de Moraes, quien dirige las principales investigaciones contra el bolsonarismo.

El expresidente presentó tres solicitudes para que se aplazara el interrogatorio, pero todas fueron rechazadas por el juez Moraes, el mismo que investiga el violento asalto de miles de bolsonaristas a la sede de los tres poderes en Brasilia. Décadas de autores de materiales de aquella invasión violenta-festiva se han condensado a prueba en los últimos meses. Pero sólo ahora los supuestos instigadores y autores intelectuales se han convertido en el objetivo de la policía.

Bolsonaro y sus cómplices son acusados ​​de querer impedir la regresión del poder de Luiz Inácio Lula da Silva mediante la redacción de un decreto golpista, con presiones a la dirección de las Fuerzas Armadas y campañas de desinformación en las redes sociales para erosionar la credibilidad de las votaciones. sistema e incentivos para que miles de bolsonaristas permanezcan durante la transición del poder militar frente a hermanos de todo el país que piden una intervención militar contra Lula.

Con precaución en este caso, Bolsonaro tiene prohibido viajar fuera de Brasil y la policía ha solicitado su pasaporte. El Tribunal Supremo y la policía también investigaron a varios generales, así como a otros militares y civiles. Cuatro de ellos llevan un par de semanas en prisión preventiva.

El del domingo en la avenida paulista, principal escenario político de São Paulo, será el primer gran mitin del que Bolsonaro será protagonista desde que perdió las elecciones ante Lula. Durante todo este tiempo los pequeños actos políticos fueron protagonistas, aunque algunos meses la juventud le impidió presentarse a las elecciones hasta 2030. Varios alias gobernadores anunciaron su presencia en el acto, entre ellos el de São Paulo, Tarcisio de Freitas, uno de los mejores colocados. suceder a Bolsonaro como líder de la derecha brasileña si está absolutamente separado de la primera línea política.

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