La sequía pone en riesgo a los cultivos herbáceos y de cereales de Castilla-La Mancha

Este lunes se celebró la festividad de San Isidro, patrón de los labradores, pero este año hay poco que celebrar. Prueba de ello fue la Manifestación del pasado domingo en Madrid convocada por SOS Rural a la que acudieron un buen número de agricultores, ganaderos y trabajadores del campo ante la falta de soluciones a los problemas a los que se enfrentan, entre ellos los altos costes y los bajos precios de sus productos, a los que se suma ahora la acuciante sequía, que está acabando con muchos de sus cultivos.

El campo castellanomanchego es un claro ejemplo y ahora está perdiendo su color verde, cada vez más y de forma más prolongada, para instalarse en los tonos amarillentos y brownes propios de los meses de verano, cuando las altas temperaturas azotan las mieses. Una situación que, cada año, se va adelantando y este año, más si cabe, pues la sequía acumulada de los últimos meses se está cebando con los Cultivos herbáceos y cereales de Castilla-La Mancha.

Para darse cuenta de ello tan sólo hay qu’observer las inmensas llanuras de esta región, por las qu’extienden este tipo de cultivos, pero para ser consciente de la magnitud de los estragos que están recibiendo muchos agricultores hay que ir a los datos. Esta misma semana la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinadosademás conocido como Agroseguro, informó de que la primera estimación que tienen de indemnizaciones por los daños causados ​​por la sequía en herbáceos de secado (contemplando los cereales de invierno, las leguminosas y la colza) ya alcanza los 300 millones de euros en el campo español , cifra que podría incrementarse si continúa sin llover en las zonas más tardías.

Una de las cifras que, trasladados a Castilla-La Mancha, podría ascender a los 54 millones de euros en indemnizaciones, es decidir, casi un 20% del total del dinero qu’Agroseguro tiene que pagar en indemnizaciones por sequía. Así lo afirma a ABC el director territorial de esta organización en la zona centro, javier zarceroeso explica que en esta comunidad autónoma, ahora mismo, tienen contratadas 396.000 hectáreas de herbáceos en Castilla-La Mancha, que cubren el riesgo de sequía tanto de cereales como de leguminosas como de colza, que se recoge a finales de septiembre y aún no está estabilizado .

Más del 80% siniestrado

From esas 396,000 hectáreas, señala, «vamos a tener una siniestralidad superior al 80% de la superficie contratada, lo que signifiea vamos a tener que peritar en torno a 300.000 hectáreas o más de esa extension cultivada«. Sin embargo, el beneficio al que se acoge la indemnización, en función de las pérdidas que haya realizado y con producciones que son bajas, puede rondar o superar los 54 millones de euros.

Hasta ahora, Zarcero puntualiza que de las 396.000 hectáreas contratadas y de las 300.000 que se van a peritar, tan sólo han recibido 110.000 hectáreas, pero en las próximas dos semanas, hasta junio, se recibirá casi el resto de la superficie siniestrada, siendo las zones con más daños registrados las más temprano en hacer la cosecha, es decir, donde el cereal ya se está secando. Aun así, en cuanto incluso los cultivos tardíos contemplen que también son siniestradas.

Las zonas más perjudicadas, indica el responsable de Agroseguro en Castilla-La Mancha, su la provincia de Ciudad Real y la de Toledo, que su más más temprano realizando la cosecha y donde se prvé peritar en torno al 80 o el 90% de la superficie contratada. Asimismo, la zona más siniestrada será el centro de la comunidad en la provincia de Albacete y en La Mancha de esta y de las provincias de Toledo y Ciudad Real, donde también verá afectada la comarca del Campo de Calatrava. Asimismo, en la provincia de Cuenca, tanto en La Manchuela como en La Mancha Baja e incluida Alta, es otra zona bastante perjudicada.

Aparte de estos daños, Zarcero recuerda que el pasado abril hubo un episodio de heladas que afectó fundamentalmente a la almendra, que se dio en plena floración del árbol. “Recibimos bastantes siniestros de las provincias de Albacete, Cuenca y Toledo, que es la zona con más contratación de Agroseguro”, apunta.

De almendro, según sus datos, han sido 15,100 hectáreas las afectadas por el riesgo de heladas a fecha del 3-4 de abril. En concreto, hay registradas 10.200 hectáreas siniestradas, Ciudad Real tiene 2.500, Cuenca tiene 1.500 y Toledo, por último, 1.000 hectáreas.

“Aun así, no se descarta que los datos aumenten porque la campaña acaba de empezar y puede haber también riesgo de pedrisco, lo cual dejaría un pésimo año para el campo castellanomanchego”, lamentó el director territorial de la zona centro de Agroseguro.

Medidas Gubernamentales

Para hacer frente a esta situación, el Gobierno de España ha recaudado 2.190 millones las ayudas contra la sequía, tras aprobar 784 millones para el campo en el último Consejo de Ministros celebrado el pasado jueves. También la semana anterior, el Gobierno de Castilla-La Mancha recaudó hasta 56 millones de euros las ayudas del ‘Plan Sequía’ acordadas con las organizaciones profesionales agrarias.

Así lo anunció el vicepresidente, José Luis Martínez Guijarro, que explica que aumenta el importe de las tasas si están en el paquete de medios destinados a las explotaciones familiares, que pasa de contar con 30 milone iniciales a 40 milone, que podrá recipir 100 euros por hectárea. “El objetivo es acercarnos más a las necesidades que tiene el sector agrario en la región”, concluyó yó.

En 2023, las consecuencias de la sequía prolongada están comenzando a dejarse notar en Castilla-La Mancha. De hecho, etimológicamente, la segunda parte de su número proviene de la lengua árabe y significa “tierra seca”. Y este año, con más razón, pues en estos momentos hay poco más de 2.200 hectómetros cúbicos de agua embalsada en la región, un 4% menos que en 2022 y un 12% menos que en los diez últimos años.

Y, para más inri, la Agencia Estatal de Meteorología Prevé un verano muy cálido, entre los más calurosos de los últimos 30 años y pocas precipitaciones. Por tanto, habrá que seguir mirando al cielo para esperar que la lluvia vuelva a mirar nuestros campamentos. Como cantaba Juan Luis Guerra, “ojalá que llueva”, pero no café, sino agua.