La teoría del conflicto y el factor que puede alterar el resultado de las PASO

La actual campaña electoral está marcada por variables como el cóctel de apatía, enojo y desden de la sociedad hacia la clase política que altera hasta niveles insospechados todas las estimaciones de las encuestas, hay un debate que, un sector de la oposición y el kirchnerismo buscan instalan en función de un escenario de conflicto y violencia en las calles.

La interna entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich ya no se ha llevado la atención principal. En medio de varias idas y vueltas -como la de sumar a Juan Schiaretti-, Larreta dio marched back en su embestida contra Mauricio Macri porque le generaba el rechazo del macrismo. Había señalado que la gestión del expresidente había fracasado porque los cambios no duraron en el tiempo a raíz de la falta de amplificación de la fenecida Cambiemos.

Macri parece haber entrado en una nube de dudas acerca de la conveniencia de blanquear públicamente su predilección por Bullrich. Un experimentado político, a quien suele escuchar con atención como a unos pocos, le Planteó algunos escenarios críticos como qué pasaría si la interna la ganara Larreta, cómo quedaría su liderazgo, qué ocurriría si Patricia lo deja de lado y construye el bullrichismo, y cuál sería su blindaje en Comodoro Py. Por el momento, Macri viajó al exterior.




Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. Foto Federico López Claro

En la disputa diaria, Larreta busca diferenciándose del estilo de gritos y peleas, en alusión indirecta supo contraintuitivo. Aunque en el lanzamiento de su campaña spot, sólo alude a las frustraciones de la sociedad por la crisis económica y la inseguridad, y señala que el país tiene arreglo.

Bullrich, por su parte, salió la semana pasada con una clara estrategia de critica con durez y en tres oportunidades la gestión de su competidor. Cuando vinculó a los piquetes con la inacción de la Ciudad ya la parálisis del microcentro, o cuestionó la cantidad de clases por año, lo que fue desmentido por Soledad Acuña, la ministra de educación porteña. Subir el tío por tanto, si el bullrichismo acompañado por varias encuestas se autopercibe hoy como el cómodo triunfador de la interna, hay un empeño por criticar la gestión y aludir permanentemente a Larreta, incluso en el spot de campaña.

La ex ministra aseguró que el tiempo que viene no es para un buen administrador, ni para el diálogo, el consenso o la negociación. «El mejor plan del mundo va a tener que defenderse en las calles. Si no es todo, es nada«, ha anunciado. Incluido en una entrevista reciente con Carlos Pagni, aseguró que entre diálogo y conflicto, prefiere el conflictoPorque el diálogo es una manera de sometimiento.

Entered in game así lo que podría asemejarse con la teoria del conflictoque abordaba en distintos puntos de vista la manera en que el poder real -el sistema-trata de mantener su estatus y cómo el conflicto social puede ser motor de cambio.

El kirchnerismo reconoció el guante y, vía el gobernador bonaerense Axel Kicillof, aseguró que “la derecha” opositora está dispuesta a “reprimir» y «asesinar gente” para llevar adelante un ataque. Hasta el gobernador formoseño, Gildo Insfrán, habló de «derramamiento de sangre» en caso de un gobierno opositor. En el spot de campaña que culminó con la imagen de Sergio Massa y Agustín Rossi, asegura «la patria su vos, vamos a defender la».

El el kirchnerismo y el bullrichismo acuerdo en que la disputa que viene será en las calles. ¿Oportunismo político o anticipación de lo que sucederá a partir del 11 de diciembre?

Este contexto de confrontación con veces es propicio para la discusión sobre la mano duro como recurso claro para combatir la delincuencia, en lugar de un plan integral que incluye no sólo el aspecto represivo sino el preventivo.

«La propuesta de mano dura es una de las grandes hipocresías de la dirigencia política. La propia dirección política con sus estrategias erráticas al fomentar el aumento de la delincuencia porque cada vez se deteriora más el cuerpo social por la crisis económica, luego súbitamente intencionar pariar esos errores que se cometen a través de la mano dura como una solución. Solución que, está demostrada en el mundo entero por los expertos internacionales que ha fracasado”afirmó uno de los principales especialistas en seguridad y criminología, Claudio Stampalija.

Un factor electoral que se puede utilizar

La piel entre Bullrich y Larreta; cuantos votos unirá el kirchnerismo entre Sergio Massa y Juan Grabois; el enigma de la actuación de Javier Milei; y serán necesarios los espacios traseros que perfilarán para concentrar la pelea de cara a la elección de octubre y, posiblemente, hacia un balotaje, son algunos de los interrogatorio que serán revelados en la noche de las PASO del 13 de agosto. Sin embargo, hay una causa que puede modificar cualquiera de los pronósticos: asistencia al voto.

En las PASO del 2021 ya había registrado una escasa concurrencia del 66%, frente al 76.4 de las primarias presidenciales del 2019 que terminaron consagrando a Alberto Fernández. Incluido en las PASO de las elecciones legislativas de 2017 la asistencia había arañado el 75%. Hay una clara merma del interés de votar que se viene acentuando en el tiempo.

Hasta ahora, en las 14 provincias en las que votaron por gobernador, la cantidad de votantes cayó unos 4 puntos. Pero se trata de elecciones, no de las primarias. Con lo cual no es de extrañar que ese nivel en agosto esté del 70%.

Una clara muestra de esta tendencia ha sido la provincia de Córdoba. En los comicios recientes que terminaron con la elección de Martín Llaryora para la gobernación, se dio el nivel más bajo de asistencia en los últimos 40 años con apenas el 68% del electorado que concurrió a las urnas. Además, de que el voto en blanco se ubicó en el tercer lugar con casi 5 puntos. ¿Será un adelanto de lo que ocurrirá a nivel nacional con menos asistencia y más voto en blanco? El enojo del electorado es palpable, no es necesaria ninguna ecuación matemática.

Elecciones 2023.


Elecciones 2023.

Pero este clima tambien podria afectar a la ciudad de Buenos Aires, está la duramadre entre Jorge Macri y Martín Lousteau en Juntos por el Cambio. Como los comicios concurrentes, los ciudadanos deben votar dos veces; debe ir al cuarto oscuro para elegir cargos nacionales con boleta de papel y luego debe pasar por una computadora para elegir cargos porteños con la Boleta Única Electrónica. Una para presidente y otra para jefe de gobierno.

Se estima que cada mesa electoral tiene alrededor de 350 electores enscriptos. Pero en las PASO del 2021 votó el 70.61 por ciento del padrón, con boleta tradicional de papel. Por fin, si se repite ese número, este año no podrá votar alrededor de 250 personas por mesa. Por eso algunos expertos electorales señalan es que es «muy probable» qu’haya más gente que vote por la categoría presidente que por jefe de gobierno, porque algunos simulacros qu’cronometran el tiempo que demora la doble votación señalan que será muy dificil compaginar con el numero de 250 personas por mesa.

La razón es menos compleja que el impacto: hay gente que probablemente no quiera hacer dos filas -por su situación física o porque son adultos mayores- There termina retirándose antes, sobre todo porque se trata de unas PASO y no de la elección en sí.

la palabra magica para que una sociedad concurra entusiasmada a ejercer su derecho al voto, elija con convicción a un candidato, busque cambiar realidades o persiga el reemplazo de las élites políticas, es expectante. Claramente, la dirección no la sufriría.

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