Ley federal de remuneración: el gobierno emite una nueva ley para que ningún funcionario gane más que el presidente

Ley federal de remuneración: el gobierno emite una nueva ley para que ningún funcionario gane más que el presidente
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador el 13 de mayo en el Zócalo de la Ciudad de México.HENRY ROMERO / Reuters

Una de las obsesiones más antiguas de Andrés Manuel López Obrador finalmente se deshace. El miércoles, el Diario Oficial de la Federación publicó la nueva Ley Federal de Compensación de los Funcionarios Públicos que exige que todos los funcionarios reciban un salario inferior al salario del presidente, fijado en 162.311 pesos brutos mensuales en el presupuesto de egresos de la Federación 2021. Esta norma reemplaza a la uno aprobado en noviembre de 2018 por la Honorable Cámara de Diputados, el cual fue declarado nulo por la Corte Suprema de Justicia. Asesores del Instituto Nacional Electoral (INE), así como altos funcionarios del Banco de México y de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) podrán mantener por el momento sueldos más altos que los de López Obrador mediante apelaciones ante los tribunales. .

La idea no es nueva; Fue la primera ley de la época de López Obrador, que logró aprobarla cuando ni siquiera era presidente, pero ya controlaba la Cámara de Diputados. Enmarcado en el flamante eje de la austeridad, la administración pretendía imponer un tope salarial a la alta burocracia. A continuación, Morena desempolvó una ley de 2011 redactada durante el mandato de Felipe Calderón (2006-2012) que había sido aprobada por el Senado. Los partidos de oposición han advertido del enredo judicial que llevaría a la entrada en vigor de la ley tal como está, porque durante estos siete años se habían creado y fallado órganos e institutos autónomos altamente especializados.

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En enero de 2019, Cofece ya había presentado una polémica ante la Corte Suprema de Justicia de la nación (SCJN) contra la nueva ley. El INE y el Banco de México siguieron su ejemplo. Unos meses después, la SCJN derogó la regla de no considerar parámetros para fijar el salario del presidente, volviéndolo arbitrario, y ordenó al Congreso que corrigiera esta falla. Luego de dos años de estancamiento, el Senado mexicano aprobó la nueva ley el 27 de abril. La regla define el producto interno bruto (PIB) como el punto de referencia para determinar la remuneración de los funcionarios públicos. Establece, según un método que no se había aplicado antes en el país, una fórmula para el cálculo de la Retribución Máxima Anual, que corresponde al presidente.

Los legisladores de Morena consideran que este criterio «pone fin a la práctica discrecional de otorgar a ciertos funcionarios percepciones por encima de sus superiores jerárquicos». El presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público, Alejandro Armenta Mier, afirmó tras su aprobación en el Senado que la ley es fruto del clamor popular: «Más funcionarios que reciban el salario que quieren».

La senadora Ana Lilia Rivera Rivera, también consideró que la ley promoverá un ejercicio efectivo de las responsabilidades públicas: «Responde al país que, con tanta urgencia, pide el fin de los gobiernos ricos con los pobres». Los partidos de oposición están de acuerdo con el contexto de austeridad de la ley, pero consideran que la propuesta «no es un marco regulatorio útil, ni aporta certeza o claridad sobre las percepciones del sector público».

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