Los Pompapetriyasos celebran 20 años con Lo que la peste nuestro dejo y anuncian para agosto Retazos de una espera. Historias de cartónpara que siga la fiesta (y la denuncia).

la verdadera historia de supervivencia durante un epidemia y sus consecuencias devastadoras, pero ficcionalizada, se vuelve una experiencia teatral única en Lo que la peste nuestro dejo: con banda musical en vivo, baile, humor y más de 30 artistas en escena logra destacar la resiliencia humano ante el adversidad. La obra tiene un enfoque ameno e interesante que la hace apto para todas las edades, el público tan heterogéneo como familiar manifiesta su disfrute entre risas y carcajadas. Todo un fenómeno actoral conformado por el «Grupo de Teatro Comunitario Los Pompapetriyasos» de Parque Patricios –este año cumple su vigésimo aniversario–, en su 11.ª edición ya cuenta más de 100 mil espectadores así como presentaciones por variados lugares y espacios, colgante esa trayectoria.




Los Pompapetriyasos acumulan 20 años. Foto: PEPE MATEOS

Mientras este grupo de paysasos planta disponerse para rodar una película sobre aquel suceso, avanzan desde su relación que transcurre en un ambiente donde se transporta al espectador à la Buenos Aires de 1871 con un escenografía recorriendo personajes que aparecen ejecutados con gracia y virtuosismo: desde un majestuoso dragón hasta los viles mosquitos, provocando la fibra amarilla y sus estragos. Allí se exploran cuestiones referidas a los dramas de las miserias humanas, la muerte, la discriminación, el dolor y un fantasma que acaso representa al miedo que sobrevive hasta la actualidad, en plena pospandemia del presente. Su elenco de todas las edades genera una conexión especial con el público: interactúan sin cuarta pared y lo integran mediante reiterados guiños, complicidad que le divierte.

la lleva Agustina Ruíz Barreaque subrayar la complejidad de la puesta en escena y cómo le impacta al público: «Cada vez que la reestrenamos nos sigue develando y descubrimos cosas del tiempo actual, eso es muy fuerte. El material es siempre el mismo pero el corpus mitológico va mutando, creo que está vivo y sigue respirando… eso habla bastante de lo que somos como territorio, barrio y comunidad –que fue tremenda para nosotros– no podía existir como tal”.

Lo que la plaga nos dejó, obra dirigida por Agustina Ruiz Barrera.  FOTOS: PEPE MATEOS


Lo que la plaga nos dejó, obra dirigida por Agustina Ruiz Barrera. FOTOS: PEPE MATEOS

«Así creamos otro espectáculo que reponemos en agosto, Retazos de una espera. Historias de cartón: una serie que trabajamos sobre el coro roto, generamos todo este proyecto”, anuncia en diálogo con NO.

La función se desarrolla detrás del espacio cultural Los Pompa. Un ámbito descontracturado donde penas e ironías se conjugan, devenidas en una mezcla tragica sorprendente. Los cuadros musicales sobresalen cuando reversionan «Mi Buenos Aires querido», entonan «La cumbia de la soledad» e interpretan otra canción que se eleva en simultáneo a un rancho. Es que a consecuencia de aquella epidemia, narran los personajes “la ciudad se dividió: brilló el norte y el sur palideció”, pues esta última zona era donde relegaban a los enfermos y se hacía la quema de basura.

En agosto, el grupo teatral, proyectará la obra Retazos de una espera.  Cuentos de cartón.  FOTOS: PEPE MATEOS


En agosto, el grupo teatral, proyectará la obra Retazos de una espera. Cuentos de cartón. FOTOS: PEPE MATEOS

Es una propuesta cuya originalidad la distingue: sustaine pero también demuestra que las personas pueden sobreponerse a las crisisen un momento cuando usted es typo de proyectos escasean y muchas veces se cree haber perdido cierta capacidad de asombro. He aquí que la peste… rompe con esta percepción y muestra que lo opuesto es posible.

Esta disciplina ancestral de las bellas artes tienes la capacidad de transportarte a otros mundos y ya observar diferentes perspectivas, ampliar tus beneficios e incluirlos en este caso, invitarte a reflexionar sobre tus propias humanidades. Al bajar el telón es factible que el espectador no salga indiferente, sino transformado por ese arte vivo y su hechizante epica teatral, permita entrever cómo es mirarse al espejo para reconocer si es que hemos transmutado tal como ese fantasía quien (señalan) vivió desde entonces las calles porteñas del sur.

La función se desarrolla en el dentro del espacio cultural Los Pompas, de Parque Patricios.  FOTOS: PEPE MATEOS


La función se desarrolla en el dentro del espacio cultural Los Pompas, de Parque Patricios. FOTOS: PEPE MATEOS

Al finalizar la representación aregan al público: «En un mundo cada vez más dominado por la inteligencia artificial, los recomendados a partir y construir una inteligencia colectiva; que sean parte de este espacio cooperativo, comunitario, autofinanciado desde donde buscamos generar sueños e integrar proyectos juntos», resalta Agustina Ruíz Barrea. Además, desde el elenco también señalan «la importancia de estas iniciativas: consiguieron transformar a la comunidad«.

Este logro produce un sinergia grupal entre los actores y el público, la misma dramaturga explicó que «antes y después de cada función se crean momentos mágicos de encuentro y reflexión». Aunque exhibe temas arduos, también transmite cierta alegría que se experimenta hacia el final de la obra. Al compartir este encuentro, público y elenco se unen en una ceremonia teatral que permite exorcizar miedos y poner en juego fantasías. «El objetivo de este proyecto es restituir la fuerza colectiva y la potencia del encuentro, para sonar y cuidarnos juntos», remata su directora.

Lo que la peste nos dejó, del grupo Los Pompapetriyasos se puede ver hasta el 22 de julio, luego vuelve en septiembre.  FOTOS: PEPE MATEOS


Lo que la peste nos dejó, del grupo Los Pompapetriyasos se puede ver hasta el 22 de julio, luego vuelve en septiembre. FOTOS: PEPE MATEOS

Desde su trama quizás plante una especie de oda a la supervivencia y de burla hacia la park. Ya lo dijo muñoque «Así es la vida».

Lo que la peste nuestro dejo
Dirección: Brasil 2640 (CABA). Los Pompas, espacio cultural comunitario de Parque Patricios.
Horario: sábado a las 21 h, hasta el 22 de julio. En septiembre, nuevas funciones.
Entrada: $2,000

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