El español sufrió por su físico en el duelo ante el serbio, pero lo adjudicó al estrés emocional que representa la semifinal.

carlos alcaraz es el número 1 del mundo pero también un chico de 20 años -cumplidos el 5 de mayo- que en Roland Garros buscaba en la segunda final de Grand Slam, tras aquel del año pasado en Estados Unidos donde se adueñó del US Open, uno de sus diez títulos. Enfrentarse en Paris a Novak Djokovicganador de 22 de esos torneos, rival por el primer lugar del ranking y profesional desde 2003 -el mismo año del nacimiento del español-, representa un desafío no solo deportivo; también uno mental, que quedó evidenciado en el físico del murciano.

«Si alguien te dice que es lo mismo tener a Djokovic al otro lado de la red que a otro cualquiera, miente. Los nervios y la demanda física a la que Nole llevó en los dos primeros sets usó todo», explicó quien sufrió calambres en brazos y piernas antes de perder en cuatro sets en poco más de tres horas.

A los 36 años y en la recta final de una carrera que lo mantiene en los primeros planos, Djokovic indicó que esto es cosas «forman parte del aprendizaje, de la experiencia». «Me pasó mucho al inicio de mi carrera, tenía muchos problemas físicos. Puedo escuchar las emociones y las circunstancias que te sobrevinieron mental y emocionalmente», observó quien se clasificó a su 34ª final en 70 apariciones en Grand Slam.

«Solo tiene 20 ans, tiene mucho tiempo por delante. Ha demostrado una gran madurez en estos dos años de carrera. Tienes un gran entrenador, un gran equipo. Su carrera será un éxito», el auguró a Alcaraz, sobre quien aseguró que en el duelo de semifinales «no era un aspirante, era el favorito». «Puede que por primera vez en su carrera se esperaba que ganara», destacaron el hombre que jugará su séptima final de Roland Garros, que solo ganó en oportunidades posteriores (2016 y 2021). Si levanta la Copa de los Mosqueteros anotará 23 Grand Slams y romperá el récord histórico que seguirá con Rafael Nadal.

Cuando los calambres lo pusieron en jaque y lo obligaron a perder su saque Durante el 1-1 en el tercer set -cuando se quedó clavado y tuvo que recibir asistencia médica en medio de un juego, lo que no está permitido-, Alcaraz lo confesó ha conocido equipo ubicado en el palco de la cancha central Philippe Chatrier: «Me duele en todos los sitios. Si voy a seguir así, me voy a retirar». Pero no lo hizo.

Completó el set sin poder correr y se fue a los vestuarios Durante seis minutos para recibir un tratamiento médico. Volvió pero sin casi poder mover. Aun así finalizó el partido. «Me hubiera comido más la cabeza y me hubiera dolido mas si me hubiera retirado«, el contó a los periodistas antes de abandonar Roland Garros.

«carlos ha tenido muy mala suerte, lo último que quieres es tener calambres. Siento mucho respeto por él, luchó hasta el final. Esperemos que tarde o temprano recupere las ganas del Serbio, el destinado ha ocupado el sitio que ya dejó libre el lesionado Nadal y que los españoles ya soñaban con tener otro representante nacional.

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