Los grandes bancos se niegan a respaldar a 34 acusados ​​por el Tribunal de Cuentas por gastos de «juicio» | Cataluña

Los grandes bancos se niegan a respaldar a 34 acusados ​​por el Tribunal de Cuentas por gastos de "juicio" |  Cataluña
Fachada del edificio del Tribunal de Cuentas, en Madrid, en una imagen de archivoÓscar Cañas / Europa Press

El mecanismo financiero diseñado por la Generalitat para proteger a los 34 altos funcionarios de la Generalitat procesados ​​por el Tribunal de Cuentas -que exige una fianza de 5,4 millones antes de mañana por gastos presuntamente indebidos en la promoción exterior de la usted paga independencia – se encontró con un obstáculo importante. Algunos de los principales bancos, intermediarios necesarios para la ejecución del plan, se niegan a colaborar con la Generalitat.

El gobierno del padre Aragonès creó hace dos semanas un fondo gestionado por el Instituto Catalán de Hacienda (ICF), dotado con 10 millones de euros, que técnicamente da garantías a las entidades financieras para respaldar a antiguos dirigentes y funcionarios que deben responder ante la justicia por actos derivados de su trabajo. Se suponía que esta fórmula beneficiaría a los ex empleados formados por el Tribunal de Cuentas.

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Aunque la Generalitat ya ha aportado 10 millones de euros de sus presupuestos para hacer las compensaciones, fuentes del mercado financiero aseguraron ayer a EL PAÍS que el ejecutivo catalán se puso en contacto con cuatro de las principales entidades financieras del país: Caixabank, BBVA, Sabadell y Santander. . Ninguno quiso hacerse cargo de la operación diseñada por el Ministerio de Economía, que encabeza Jaume Giró. El gobierno se está quedando sin tiempo después de que el Tribunal de Cuentas descartara el aplazamiento del pago de obligaciones, tal y como solicitaron algunos de los interesados. El plazo finaliza mañana miércoles 21 de julio.

Las entidades no tienen claro la operación. No tanto por un posible daño reputacional -han asumido muchas otras operaciones con los gobiernos independentistas catalanes en los últimos años- sino porque el riesgo legal de una medida sujeta a recurso y suspensión por los tribunales se sumaría al riesgo financiero en caso de impago, según fuentes de la industria.

El mecanismo establece que la Generalitat, que frustra a las personas investigadas, solo reclamará el dinero (con intereses y comisiones de gestión) en caso de condena firme y una vez agotados todos los recursos nacionales «e internacionales». Así, según el Ejecutivo, no habrá daño al erario público. En caso de impago por insolvencia, el Estado dispone de los mismos mecanismos que el Tribunal de Cuentas para hacer efectiva la recuperación.

Todos los ojos están ahora puestos en el Instituto Catalán de Finanzas, donde los interesados ​​deben enviar su solicitud. El Ministerio de Economía se esconde detrás de la ley de protección de datos para no revelar detalles de quién está acusado de gastar el usted paga Pidieron unirse al fondo. Tampoco proporciona datos sobre el número de beneficiarios potenciales.

Fuentes judiciales señalan, sin embargo, que ya ha habido muchas solicitudes. Dos de los implicados -el exdirector del Diplocat Albert Royo y el exdelegado de la Generalitat en Suiza Manuel Manonelles- aseguraron a TV3 que ya habían completado el trámite burocrático para acceder a la contragarantía de la Generalitat.

La portavoz de ERC, Marta Vilalta, dijo ayer que no tenía «conocimiento» de que el exvicepresidente catalán Oriol Junqueras o el exministro de Asuntos Exteriores Raül Romeva (otros dos implicados) hayan utilizado el mecanismo diseñado por el Gobierno, aunque han mostrado confianza en que es útil. Una versión similar ofrece Junts per Catalunya.

Contra reloj

La economía asegura que sigue trabajando contrarreloj para encontrar una entidad financiera que garantice a los acusados ​​(quienes a su vez deben negociar con los bancos), pero el proceso no es fácil.

Como se cierra la puerta a los grandes bancos, el Gobierno aún tiene margen de maniobra con otras entidades. Por ejemplo, la Caixa d’Enginyers, con la que el Institut Català de Hacienda ha firmado convenios y con sede en Cataluña. «Por preocupaciones de privacidad, y por regulación de la propia entidad, no estamos hablando de transacciones, pasadas o futuras, de clientes o clientes potenciales», dijo un vocero de la entidad. Mientras que en 2017 CaixaBank y Banco Sabadell trasladaron su sede fuera del territorio catalán -para protegerse de una hipotética secesión y el riesgo de salir del euro- la Caixa d’Enginyers decidió quedarse tras el mandato de sus socios. Esto la ha llevado a incrementar el número de sus clientes en más de un 10%.

Con tiempo en contra y sin un banco que asume abiertamente el jinete, se abre otra avenida que contempla el decreto-ley. Una disposición adicional del texto especifica que, si no es posible encontrar una entidad, el ICF «podrá otorgar la garantía por cualquier medio que permita la ley», es decir, otorgar la garantía directamente. Esta ruta, sin embargo, suscita más dudas legales. La norma también está pendiente de validación por parte del Parlamento y de un informe no vinculante del Consejo de Garantías Estatutarias (que verifica que las normas catalanas cumplen con la ley) solicitado por la CPS.

La otra opción en el horizonte es el llamado fondo solidario, una alcancía creada por entidades soberanas para recaudar fondos y cubrir los costos de procesos judiciales o multas impuestas por «represalias por el pleito», como la independencia. En los últimos días, la entidad que gestiona este cuadro ha recaudado un millón de euros.

La partida de 10 millones que apoya el fondo tampoco está exenta de controversia. La Generalitat ha movilizado los recursos del dinero adicional que ha entrado en sus arcas gracias a la reducción del déficit aprobada por el Gobierno, en plena pandemia, para dar liquidez a las comunidades autónomas. Sin embargo, estos fondos no fueron finalistas y el gobierno creó un juego que, aunque enmarcado en la lucha contra el covid, puede dedicarse a «mejorar las políticas públicas».