Monsanto impugna ante los tribunales la prohibición del glifosato en México

La presión de la industria de agroquímicos para que México revirtiera su decisión de prohibir el glifosato obtuvo una primera victoria. Un juez ha llegado a un acuerdo con Monsanto en la batalla legal que libró a principios de abril contra el decreto de fin del pesticida y otorgó a la empresa una suspensión temporal que le permite seguir comercializándolo hasta que se resuelva la demanda.
El juez Francisco Javier Rebolledo argumenta en su decisión del 15 de abril que, de no concederse la suspensión, «se correría el riesgo de que la no utilización de glifosato y maíz transgénico afecte la producción agroalimentaria». Se espera que el juez tome una decisión final el 7 de mayo. En cualquier caso, la suspensión solo se aplica a la empresa – ahora propiedad de Bayer – y no al sector en su conjunto.
La Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) anunció el lunes que había apelado la decisión y criticó duramente la ofensiva de Monsanto para evitar la prohibición de herbicidas. «La Semarnat siempre será firme y con los elementos necesarios para defender el decreto contra las artimañas e intereses de las personas que atentan contra la vida y el derecho a un medio ambiente sano para los mexicanos», dijo la agencia en un comunicado.
Dans une mesure sans précédent en Amérique latine, le gouvernement mexicain a décrété le 31 décembre une interdiction du glyphosate et du maïs transgénique d’ici 2024 car le pesticide le plus utilisé au monde a des «effets néfastes» sur la santé des personnes et l ‘medio ambiente. México ha seguido los pasos de una creciente lista de países que tomaron medidas luego de que la Organización Mundial de la Salud clasificara al glifosato como un «carcinógeno probable» en 2015.
Sin embargo, Monsanto insiste en la seguridad de su producto estrella. La compañía lo patentó en 1974 bajo la marca Roundup y, después de verse obligada a pagar demandas multimillonarias por casos de cáncer, se convirtió en un símbolo de los males de la agroindustria. «El glifosato es seguro y está respaldado por cientos de estudios científicos», dijo la compañía en un comunicado, que no aceptó las solicitudes de entrevista del periódico, diciendo que era un proceso legal en curso.

La demanda de amparo de Monsanto es parte de un esfuerzo de agronegocios más grande para frenar las intenciones del gobierno mexicano. De hecho, Monsanto es el décimo amparo interpuesto contra el decreto presidencial, aunque ha sido el único que ha prosperado en los tribunales. Además, a principios de año se conoció la presión de varios departamentos de Estados Unidos sobre México para que renunciara a sus intenciones de prohibir el glifosato.
Según documentos obtenidos a través de una solicitud de transparencia presentada por la organización estadounidense Centro para la Diversidad Biológica, los ministerios de Economía, Medio Ambiente y Agricultura de Estados Unidos se han puesto en contacto con sus homólogos mexicanos «para ejercer presión y tratar de ‘debilitar o revocar» el decreto, explica el científico. de esta organización Nathan Donley. Detrás está «una industria química con enorme influencia» en la política estadounidense.
Desde Sin Maíz No Hay País, conocen bien la historia del litigio de Monsanto en México. La campaña, integrada por más de 300 organizaciones, lleva más de una década luchando contra la empresa para evitar la propagación del maíz transgénico en México, que pone en peligro las variedades nativas de este grano. Y saben que vencerlos es posible. En 2013, lograron convencer a los tribunales mexicanos de suspender la plantación de maíz transgénico. Monsanto también ha perdido la batalla legal contra el movimiento del apicultor maya Leydy Pech, que ha revocado con éxito sus permisos para la soja transgénica en siete estados del país.
“Monsanto tiene un poder impresionante y la capacidad de acceder a estos mecanismos de justicia y posicionar sus intereses”, dice Javier Zúñiga, abogado de El Poder del Consumidor, una de las organizaciones que forma parte de Sin Maíz No Hay País. «Pero gracias a la movilización de la sociedad civil y las comunidades indígenas se han logrado victorias históricas». Ahora solo espera que este nuevo ataque de Monsanto pueda detenerse una vez más en la corte.
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