Muerte de la actriz argentina Libertad Leblanc, mito sexual de los 60 | Cultura

Muerte de la actriz argentina Libertad Leblanc, mito sexual de los 60 |  Cultura
La actriz Libertad Leblanc, durante una sesión de fotos en 1978.Gianni Ferrari / Getty

La actriz argentina Libertad Leblanc, ícono del cine erótico de los sesenta y setenta, falleció a los 83 años. Tenía neumonía y murió la noche del jueves en su casa de Buenos Aires, según confirmó la Asociación de Actores Argentinos. Leblanc, que ha aparecido en más de una treintena de películas, se enfrentaba a una situación de salud muy delicada que se había deteriorado en los últimos meses y además padecía la enfermedad de Alzheimer.

La diosa blanca saltó a la fama en la década de 1960 y buscó competir con Isabel Sarli por el título del símbolo sexual más grande de Argentina. Ella, rubia y atrevida; Sarli, morena y tímida. Leblanc aprovechó la fama de su colega como campaña publicitaria para el estreno venezolano de su primera película como protagonista. Flor de Irupé (1962): «Como no había ni un centavo para la promoción, se me ocurrió poner en el cartel la frase» Libertad Leblanc, la rival de Isabel Sarli «, dijo años después Ella apareció desnuda y la película era una golpe inmediato.

La rivalidad de alto perfil también ayudó a imponer el nombre de la joven actriz, quien a partir de este largometraje se embarcó en una prolífica carrera cinematográfica con títulos como Acosado (1964), Casa de Madame Lulu (1968) o Furia en la isla (1978), entre otros.

A diferencia de Sarli, quien ha construido toda su carrera de la mano de su esposo y gerente, el director Armando Bo, Leblanc se ha abierto camino en el cine por su cuenta, tanto en Argentina como en América Latina y España. Debido a la dirección de Bo, Leblanc rechazó el papel con el que, según los informes, los dos compartían pantalla.

Nacida en 1938 en la localidad patagónica de Río Negro con el nombre de Libertad María de los Ángeles Vichich, quedó huérfana antes de cumplir un año y en sus primeros años fue criada por su madre, tías y su abuela materna. Después de que su madre se volvió a casar, fue enviada a una escuela residencial. Se escapó de allí para ver películas y fue expulsada varias veces, aunque fue reinstalada gracias a las generosas donaciones de su familia.

A los 17 se casó con el empresario artístico Leonardo Barujel, pero la relación terminó tres años después. Leblanc era entonces una desconocida de veinte años con un bebé que mantener y un exmarido que boicoteó su nuevo trabajo como actriz. Su vida cambió tras el viaje al Festival de Cine de Caracas donde fue descubierta a principios de los sesenta: a partir de ahí dejó atrás los papeles secundarios y comenzó a recibir ofertas para los papeles principales. Además de su participación en películas, visitó los escenarios de Nueva York durante diez temporadas de teatro latino.

En la década de los ochenta se retiró y repartió sus días entre España y Argentina, donde reapareció in situ recién en 2004, con El zorro y sus lolitos, una comedia del absurdo con connotaciones eróticas y recuerdos de sus películas, cuyas escenas se proyectaron durante el espectáculo.

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