Protestas en Colombia: Colombia se embarca en una espiral de violencia a un año de las elecciones | Internacional

Protestas en Colombia: Colombia se embarca en una espiral de violencia a un año de las elecciones |  Internacional
El presidente Iván Duque en la base militar atacada en Cúcuta el martes.Nicolás Galeano / DOCUMENTO / EFE

El atentado con coche bomba contra una instalación militar en Cúcuta, localidad fronteriza con Venezuela, vuelve a mostrar el rostro del pasado violento de Colombia, que ya se vislumbraba con masacres y asesinatos de líderes sociales del gobierno de Iván Duque. Luego de más de un mes de un estallido social que dejó al menos cincuenta muertos y denuncias de brutalidad policial, el país tembló este martes con imágenes de un ataque a un cuartel general del ejército en uno de los escuadrones clave contra el narcotráfico. Como en un bucle, los llamados al endurecimiento se repiten en medio de un contexto que ya anuncia las elecciones de 2022.

Al menos 36 soldados resultaron heridos el martes, tres de ellos de gravedad. En la brigada, había «un pequeño grupo de entrenamiento militar estadounidense con una unidad colombiana». Según la Embajada de Estados Unidos, ninguno resultó herido. El presidente Iván Duque dijo que fue «un ataque cobarde y miserable», anunció una recompensa de 500 millones de pesos (135.000 dólares) y el apoyo de un grupo especializado del FBI en la investigación. «El plan del muro en la zona fronteriza se redoblará con el apoyo de todas las autoridades» y «patrullas conjuntas con el ejército», dijo.

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Si bien valoran dos hipótesis sobre los responsables del atentado, la más fuerte se refiere a miembros del frente de guerra urbana del Ejército de Liberación Nacional (ELN), a las órdenes de Antonio García, miembro del Comando Central de este grupo armado. “Que quede claro que los miembros del comando central del ELN también son responsables. Son terroristas y no pueden seguir haciéndose pasar por gestores de paz en el exterior ”, declaró el ministro de Defensa, Diego Molano, desde la base militar atacada.

Luego, como sucedió en enero de 2019, cuando este grupo detonó un carro bomba en la Escuela de Cadetes de Bogotá y dejó 22 muertos, la puerta volvió a cerrarse a los diálogos que el gobierno de Iván Duque había abierto hace unos meses. Miguel Ceballos, el excomisionado de paz que renunció en mayo, ha revelado que avanza en su acercamiento con los agentes de paz del ELN; y que además -sin que él fuera informado- el expresidente Álvaro Uribe, feroz opositor públicamente al diálogo, tomó contacto con representantes de esta guerrilla. «Qué costumbre tan dolorosa que crearon para hacer la ‘paz’ debido a la presión de las bombas terroristas», dijo Uribe sobre el ataque a Cúcuta.

El ataque también dejó al descubierto lagunas en la seguridad de la instalación militar. El fiscal Francisco Barbosa señaló que el auto que contenía los explosivos ingresó al menos dos horas y media antes de la explosión, a las 12:30 p.m., y que la última de las dos explosiones ocurrió a las 3:04 p.m. «Esta persona, según las pruebas materiales reunidas, ha pasado a estar bajo el control de esta brigada y estamos verificando si se han respetado los protocolos de seguridad para el ingreso a estas unidades militares», dijo Barbosa. El presidente Iván Duque ordenó una investigación disciplinaria y el ejército relevó a seis soldados, desde oficiales de guardia hasta el comandante del batallón.

La Brigada 30 está ubicada en el corazón de El Catatumbo, polvorín donde conviven guerrillas, grupos paramilitares y narcotráfico. «Nos están bloqueando desde hace un mes y ahora el ELN nos bombardea. ¿Qué está pasando con la seguridad de este país?», Preguntó el senador Rodrigo Lara, mientras que otros líderes de la oposición indicaron, sin mayores detalles, que «el ataque beneficia a los enemigos de paz «y los que quieran volver a la política del miedo.

El ataque ha intensificado los cuestionamientos sobre la gestión de la seguridad y representa otro frente a resolver por Duque, quien debe maniobrar con protestas – suspendidas temporalmente por el comité de huelga – denuncias de brutalidad policial y los efectos de la pandemia de coronavirus en un entorno que ya está considerando las elecciones de 2022.

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