«Qué frustración, qué cansancio y qué rabia»

«Qué frustración, qué cansancio y qué rabia»

Las imágenes de los miles de ciudadanos africanos que llegaron a las costas de Ceuta durante una crisis migratoria sin precedentes en España han recorrido el mundo y no han dejado indiferente a nadie. Detrás de una de esas fotografías que han encogido el corazón de lectores y espectadores se esconde Luna, el joven trabajador de la Cruz Roja que Estaba tratando de consolar a uno de los recién llegados este martes. a la ciudad autónoma.

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Tiene 20 años, es originario de Móstoles y se encuentra en Ceuta -ciudad natal de su madre, Inma- para realizar las prácticas de mayor grado de integración social, según el canal. Estar. Allí trató de paliar los sufrimientos de quienes acababan de llegar a suelo español, entre ellos, una joven migrante que la abrazó desconsolada mientras ella le ofrecía agua y apoyo.

«Mi maldita alma se cae al suelo», Luna se aventuró a su cuenta de Twitter (Girl of the Road) para resumir todo lo que había sentido durante el día, según El mundo. Y agregó: «No creo en ningún Dios, pero estoy segura de que si pasaba por las situaciones por las que atravesaron estas personas, lo haría».

Sin embargo, los pensamientos de Luna no terminaron ahí después de un día agotador: «Qué frustración, qué fatiga física y psicológica y qué rabia». A lo que añade: “La ayuda humanitaria no se trata de deshacerse de las personas, se ocupa de sus necesidades y más en estas condiciones (…) Es raro que te den las gracias por algo. Que debería ser normal … «.

Algunos de sus familiares también se refirieron a su actuación: «No sé cómo sentirme cuando Veo a mi hermana haciendo la portada de todos los medios de comunicación en un evento tan importante … «

«Por un lado, súper súper orgulloso de ti, hermanita, sé que nadie cuidará de la gente mejor que tú y Verte en la playa me llena de orgullo. Por otra, bastante triste con la situación, porque sea ella quien lo esté llevando, por ver a más militares que trabajadores sociales y por toda la banalización con la que se habla y se graba el sufrimiento de miles de personas…», ahondaba su hermano.