¿Qué implica la investigación de ‘impeachment’ contra Joe Biden? ¿Cuáles son los siguientes pasos? | Internacional
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, ordenó este martes abrir una investigación formal sobre Joe Biden encaminada a someter al presidente de Estados Unidos a un juicio político o impeachment. La Cámara de Representantes solo ha formulado acusaciones (los llamados artículos del impeachment) contra tres presidentes de EE UU en la historia. Los tres fueron absueltos por el Senado. Los republicanos, al menos los del ala radical, quieren que Biden sea el cuarto. Eso está por ver. Otras investigaciones como la ahora abierta terminaron sin las presentación de cargos.
Los republicanos quieren enjuiciar políticamente a Biden desde el primer día de su mandato. Al día siguiente de tomar posesión, el 21 de enero de 2021, la congresista Marjorie Taylor Greene presentó una propuesta en ese sentido que no llegó a ninguna parte en una Cámara de Representantes de mayoría demócrata. Tras la renovación del Congreso en enero pasado y la tortuosa elección de McCarthy como presidente de la Cámara baja, los republicanos volvieron a la carga. La congresista Lauren Boebert presentó una iniciativa para procesarlo políticamente por su política migratoria, pero provocó un rifirrafe interno y los propios republicanos abandonaron la idea. Ahora, la investigación ordenada por McCarthy está vinculada a los negocios en el exterior de su hijo, Hunter Biden, que reflejarían en su opinión una supuesta “cultura de la corrupción” y de “abuso de poder”. Hunter Biden era consejero de Burisma, una empresa ucrania de gas natural cuyo dueño se vio envuelto en casos de corrupción.
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¿Qué es un ‘impeachment’?
La Constitución de Estados Unidos regula en su artículos 1 y 2 la posibilidad de someter a los cargos públicos a un proceso político de destitución o impeachment. En el caso de los cargos públicos federales, la acusación corresponde a la Cámara de Representantes y el juicio se realiza en el Senado. El artículo 2 señala en su sección cuarta que “el presidente, el vicepresidente y todos los funcionarios civiles de Estados Unidos serán destituidos de sus cargos en caso de ser sometidos a un juicio político y recibir una condena por traición, cohecho u otros delitos graves y faltas leves”. Además de los federales, hay juicios políticos estatales, como el que está teniendo lugar en Texas contra su fiscal general, Ken Paxton.
¿Qué es una investigación de ‘impeachment’?
El presidente de la Cámara de Representantes ha ordenado abrir una investigación de impeachment contra Biden alegando una “cultura de corrupción” en torno a su familia, básicamente por los negocios de su hijo, Hunter Biden, en el extranjero. Ha ordenado a los presidentes de tres comisiones poner en marcha esa investigación formal, que traerá consigo requerimientos y citaciones. Es una investigación previa al impeachment, para tratar de dilucidar si hay material para ir adelante con el proceso. Una investigación formal de ese tipo no es imprescindible para formular la acusación, pero sí lo habitual.
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¿Puede abrirse la investigación sin una votación?
Kevin McCarthy tiene esa facultad como presidente de la Cámara de Representantes, pero hasta hace muy poco aseguraba que no lo haría sin el voto del pleno de la Cámara baja. Cuando su antecesora, Nancy Pelosi, ordenó en septiembre de 2019 poner en marcha la investigación del primer impeachment de Donald Trump, McCarthy escribió una carta a la entonces speaker diciendo que se debía “celebrar una votación del pleno autorizando una investigación de destitución” o de lo contrario se “crearía un proceso completamente desprovisto de cualquier mérito o legitimidad”. Seguía sosteniendo lo mismo hace menos de dos semanas: “Si vamos adelante con una investigación de impeachment, se produciría a través de una votación en el pleno de la Cámara del Pueblo y no a través de una declaración de una persona”.
¿De qué se acusa a Biden?
McCarthy anunció este martes la apertura de la investigación mencionando una serie de hechos que distan mucho de estar probados o que presentó de forma parcial. Sostuvo que “Biden mintió al pueblo estadounidense sobre su propio conocimiento de los negocios de su familia en el extranjero”. En la campaña de 2020 aseguró que su hijo no había hecho negocios en China, lo que resultó no ser cierto, pero los republicanos no han logrado demostrar que Biden estuviese al tanto de los negocios de Hunter ni que como presidente haya mentido al respecto. McCarthy también dijo que las interacciones de Biden con socios y clientes de su hijo “han resultado en coches y millones de dólares”, pero no se ha demostrado que hayan pasado de los saludos y alguna cena, ni que el entonces vicepresidente se implicase en ningún negocio.
El speaker habló de que los miembros de la familia Biden (su hijo, Hunter, y el hermano del presidente, Jimmy Biden) y sus socios recibieron 20 millones de dólares a través de “sociedades fantasma” y de que 150 operaciones bancarias se catalogaron como sospechosas. En realidad, eran sociedad limitadas comunes, ese dinero no correspondía solo a los Biden y no hay ninguna demostración de que se tratase de negocios ilegales, aunque fueran algo turbios. Los bancos señalan de forma preliminar como sospechosas las operaciones en metálico de alto importe y transferencias del exterior cuya justificación no está clara. De momento, sin embargo, ninguna ha llevado a una investigación penal.
McCarthy habló también de un supuesto soborno a los Biden reportado al FBI, pero se trataba de una alegación sin verificar y desmentida por otros testimonios. Y tampoco hay ninguna prueba de que, como sostiene el republicano, el Gobierno de Biden haya dado un trato de favor a su familia. El fiscal que investiga a Hunter Biden fue nombrado por Trump en su día y el Departamento de Justicia lo ha elevado al rango de fiscal especial, lo que refuerza su independencia. De hecho, planea pedir a un gran jurado este mismo mes la imputación del hijo del presidente por la compra ilegal de un arma.
¿Cuáles son los siguientes pasos?
El presidente de la Comisión de Supervisión, en coordinación con los presidentes de la Comisión Judicial y la de Medios y Arbitrios, los tres republicanos, son los encargados de poner en marcha la investigación formal. Pueden efectuar citaciones, requerimientos y otro tipo de actuaciones. Algunos congresistas han señalado que harán una investigación a fondo, pues disponen de tiempo “hasta las elecciones de 2024″. Los republicanos quieren torturar políticamente a Biden y creen que una investigación de este tipo puede compensar algo las imputaciones y juicios que Donald Trump tiene por delante hasta las presidenciales del 5 de noviembre del año próximo, en las que también se renueva toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. Tras la investigación, lo habitual es que sea una comisión la que concrete los artículos de impeachment, el equivalente penal a los cargos o acusaciones y que se sometan al pleno de la Cámara baja. Si se formulan y aprueban por el pleno, sería el Senado el que efectuase el juicio del impeachment.
¿Está asegurado el ‘impeachment’?
No. Hay precedentes de apertura de investigaciones formales tras las que no se formularon cargos. En 1860 se investigó al presidente James Buchanan por supuesto soborno y otras alegaciones, pero tras un año de trabajos la comisión especial encargada del caso concluyó que no había material incriminatorio. En 1867, la Comisión Judicial acabó recomendando procesar políticamente a Andrew Johnson, pero el pleno votó en contra (aunque ese mismo presidente se sometería a impeachment al año siguiente por otro caso). Hay un tercer ejemplo de 1974, en el que no se llegó al impeachment porque el entonces presidente, Richard Nixon, se adelantó y presentó su dimisión. El Comité Judicial había aprobado tres artículos de acusación por obstrucción a la justicia, abuso de poder y desacato al Congreso por su papel en el escándalo Watergate, pero el pleno no llegó a votar.
¿Cuál es el papel de la Cámara de Representantes y el Senado?
Según el artículo 1 de la Constitución, solo la Cámara de Representantes “tendrá la facultad de iniciar procedimientos de juicio político”. Si la comisión eleva al pleno los artículos de impeachment, para aprobarlos bastará la mayoría simple. En ese caso, Biden entraría en la lista en que están Andrew Johnson, Bill Clinton y Donald Trump. Se abriría entonces el juicio político en el Senado. El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, lo presidiría. Congresistas designados por la Cámara de Representantes actuarían como fiscales, mientras que los senadores harían de jurado. Según la Constitución, “nadie podrá ser convicto sin que concurran en ello las dos terceras partes de los senadores presentes”. Es decir, harían falta 67 votos en el caso de que concurran los 100 senadores. Los demócratas tienen en la Cámara Alta una mayoría de 51 a 49.
¿Qué condena puede imponerse?
La Constitución señala en la sección tercera del artículo 1 que “la sentencia en casos de juicio político no podrá exceder de la destitución del cargo y la inhabilitación para obtener y desempeñar cualquier cargo de honor, de confianza o con retribución, en el Gobierno de los Estados Unidos; pero el funcionario convicto quedará, no obstante, sujeto a ser acusado, juzgado, sentenciado y castigado de acuerdo a la ley”. La condena política no exime del juicio penal. En el hipotético caso de que un presidente sea destituido, le sustituye el vicepresidente.
¿Qué presidentes han sido sometidos a ‘impeachment’?
El procesamiento político es un procedimiento excepcional. Solo tres presidentes a lo largo de la historia (Andrew Johnson, en 1868; Bill Clinton, en 1998, y Donald Trump, este por dos veces, en 2019 y 2021) han sido sometidos al juicio político del Senado a instancias de la Cámara de Representantes y todos han sido absueltos.
El caso de Johnson
El proceso a Andrew Johnson se originó en una pugna entre demócratas y republicanos en un momento de creciente tensión tras el fin de la Guerra Civil estadounidense. El Congreso, controlado por un ala radical del Partido Republicano, aprobó una ley que impedía al presidente demócrata destituir, sin el apoyo del Senado, a cargos públicos designados por la Cámara alta. Ignorando esa ley, Johnson destituyó a su secretario de Guerra, un aliado de los republicanos, lo que propició el proceso de impeachment. En dos votaciones en mayo de 1868, el Senado se quedó a un solo voto de los necesarios para destituir al presidente.
El caso de Clinton
El proceso de impeachment acusó a Bill Clinton de cometer perjurio y obstrucción a la justicia por ocultar su aventura sexual en 1997 con la becaria de la Casa Blanca Monica Lewinsky. La clave recayó en dirimir si Clinton mintió bajo juramento cuando negó haber mantenido una relación sexual con Lewinsky (con la que mantuvo sexo oral) y si dificultó las investigaciones al alentarla a negar la relación. Por la acusación de perjurio, 45 senadores le consideraron culpable y 55, no culpable. Por obstrucción, hubo empate a 50. Fue absuelto.
Los casos de Trump
El primer juicio político a Trump está emparentado con el actual. Nace de los intentos de Donald Trump de buscar la ayuda de Ucrania para difamar a Joe Biden, por entonces el favorito para la nominación presidencial demócrata 2020, por los negocios de su hijo en el país. La Cámara de Representantes le acusó en diciembre de 2019 de abuso de poder por presionar a Ucrania para investigar a su rival político y de obstrucción al Congreso por ordenar a funcionarios que se negaran a testificar. Fue absuelto de ambos cargos por 48-52 y 47-53 votos, con mayoría para quienes lo consideraron no culpable.
El segundo impeachment a Trump tuvo la peculiaridad de juzgar a un presidente tras haber cesado en el cargo. Se le acusó por su papel en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 con el cargo de incitación a la insurrección. 57 senadores (incluidos siete de su propio partido, algo sin precedentes) de los 100 lo consideraron culpable, pero se quedaron lejos de la mayoría reforzada de dos tercios que habría supuesto su inhabilitación política.
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