Reset: Regalos que germinan |  Negocio
Resetea tiene una cartera de 50 variedades locales.

La economía circular ha abierto una ruta comercial que nació casi por casualidad y sin demasiadas pretensiones, más allá de la pasión por la naturaleza de unos pocos amigos de Vigo. Una pasión que finalmente se convirtió en Resetea, una empresa de regalos sostenible que tiene como objetivo devolver la naturaleza a muchos hogares urbanos. Iñaki Mielgo, biólogo de formación y uno de los fundadores, leyó cómo un famoso micólogo cultivaba hongos a partir de desechos. “Me dije a mí mismo: ‘Esto funciona con seguridad con los posos de café’, explica, un residuo orgánico muy apreciado para la fertilización de las plantas. Un ensayo para el que tuvo que pedir todos los posos de café de la cafetería frente a su casa. «Lo probé, verifiqué que salieran los hongos y que estuvieran buenos». Así comenzó la historia de esta empresa, que experimentó un buen auge comercial tras ganar un premio en 2013 en el Concurso de Ideas Innovadoras organizado por la Universidad de Santiago.

«Nous avons vu que l’idée avait du potentiel et en 2014, nous avons créé l’entreprise pour commercialiser ce produit d’auto-culture», explique le fondateur, qui, avec Luis López et Cristian Suárez, est l’alma mater del proyecto. Su portafolio de artículos, que reúne más de 50 referencias a partir de un precio de seis euros, presenta productos como kits de autocultivo de flores; culinarios, como albahaca, perejil o mojito; los que tienen hamburguesas o brotes de sushi, o aromáticos como el romero o el orégano, pero con setas, su primer producto, y bombas de semillas germinadoras de flores, su último lanzamiento, como bestsellers.

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Hace dos años decidieron diversificar su actividad e incursionar en el mundo de los regalos corporativos. “Es un sector que llamó a nuestra puerta y con el que tuvimos que reinventarnos”, explica Mielgo. Un camino que empezaba a mostrarse de forma positiva, pero que en 2020, con la crisis sanitaria, les hizo repensar el futuro. “El 70% de la facturación proviene de las ventas en tiendas físicas. Al cerrarlos durante la pandemia, hemos obstaculizado la inversión y el desarrollo de productos. Una decisión que les salió bien y con la que consiguieron dar la vuelta a la situación. Ahora el mercado en línea Representa el 70% de sus ventas frente al 30% de las tiendas, aunque, según Mielgo, es posible que cuando las tiendas se recuperen, haya un saldo. Efectivamente, consiguieron mantener la facturación de 2019 en 2020, lo que supone una caja de 266.761 euros con unos beneficios de 35.000 euros el año pasado. En 2021, nuestra perspectiva es duplicarnos y alcanzar la cifra de 440.000 euros ”.

Sus cuatro empleados comercializan sus productos en toda Europa, siendo Francia el primer mercado exterior y en plena expansión. Sus planes incluyen llegar a Alemania e Italia en 2022 en línea y también a tiendas físicas. Han comenzado a subcontratar el montaje y embalaje, para lo que utilizan cartón o madera reciclada, a centros especiales de empleo. “Sobre todo, tenemos una estrecha relación con grupos amenazados de exclusión”, concluye.