Salud pública y global, un sector prioritario para la cooperación española | Planeta futuro

Salud pública y global, un sector prioritario para la cooperación española |  Planeta futuro

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Con motivo del Día del Cooperador el pasado 8 de septiembre se celebró el primer Foro de Cooperación Española, centrado en el tema de la salud como bien global en tiempos de pandemia, donde también se aprovechó para presentar el informe anual de cooperación Personas Oficinas de España en el exterior , desarrollado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) con la colaboración de embajadas y unidades en el exterior.

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“España ya tiene 40 años de experiencia en cooperación internacional, esto enriquece a nuestra sociedad y a nuestro país”, declaró en la inauguración del foro. [moderado por Planeta Futuro de la mano de la periodista Alejandra Agudo] el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares Bueno. Integrada como elemento fundamental de la política exterior española, actualmente se desarrolla en 96 países, donde trabajan 2.708 personas, principalmente en África subsahariana (41%) y Sudamérica (25%). El informe señala que los países con mayor presencia de trabajadores humanitarios españoles son Bolivia, Colombia y la República Democrática del Congo.

Mujer, probablemente madrileña o castellano-leonesa, mayor de 35 años, perteneciente a una ONG u orden religiosa y en un país del África subsahariana. Sin prácticamente ningún cambio con respecto a la situación antes de la pandemia, este es el perfil mayoritario de los trabajadores humanitarios españoles.

«La cooperación es una política pública, no es un adorno ni una caridad (…) sólo puede ser una política de Estado», subrayó el ministro, insistiendo en la idea de que requería un esfuerzo coordinado entre países y un compromiso estratégico con multilateralismo. Albares Bueno también pronunció unas palabras sobre el plan de acceso universal a la vacunación desarrollado en colaboración con COVAX, explicando que se han realizado siete envíos de cinco millones y medio de dosis a países de Centro y Sudamérica. Asimismo, mostró su apoyo y su compromiso con la necesidad de redactar una ley que incluya, entre otras cosas, la profesionalización de la carrera profesional en este campo.

El informe señala que los países con mayor presencia de trabajadores humanitarios españoles son Bolivia, Colombia y la República Democrática del Congo.

Existen varios motivos para que una persona se dedique al mundo de la cooperación, pero lo cierto es que, además del aspecto profesional, requiere una formación específica y experiencia en el campo. El ámbito de trabajo abarca desde el desarrollo económico inclusivo y la gobernanza democrática hasta la acción humanitaria o el trabajo en servicios básicos como la salud, la educación o el acceso al agua y el saneamiento. El 35% de los españoles que se dedican a esta labor bajo la coordinación de organizaciones no gubernamentales de desarrollo (ONGD) y el 26% son miembros de la plantilla de una congregación religiosa.

Con realidades muy diferentes, a veces tienen que vivir en situaciones conflictivas y peligrosas. En 2020, hubo 276 ataques contra trabajadores humanitarios en todo el mundo, que cobraron 475 vidas, incluidas 108 muertes. Uno de los más recientes tuvo lugar el pasado mes de junio en la región de Tigray en Etiopía, cuando María Hernández, empleada de Médicos Sin Fronteras, fue asesinada junto con sus dos colegas locales, Yohannes Halefom y Tedros Gebremariam, mientras iban a llevar ayuda a las poblaciones afectadas por el conflicto. .

En 2020, hubo 276 ataques contra trabajadores humanitarios en todo el mundo, que cobraron 475 vidas, incluidas 108 muertes.

En su intervención, la ministra también se refirió a todos los hombres y mujeres que se dedican a la cooperación en entornos complejos como Afganistán y Haití, dedicando unas palabras a los 41 cooperantes españoles que siguen trabajando en el país caribeño y a los 14 profesionales. que recientemente tuvo que salir de Afganistán debido a las medidas impuestas por el gobierno talibán. En Afganistán en particular, el trabajo de los trabajadores humanitarios españoles durante las últimas décadas ha sido crucial con la construcción de carreteras e infraestructura, clínicas rurales y un hospital, así como una red de agua y saneamiento, escuelas e institutos. El ministro también reiteró que los afganos no serán abandonados. Que se buscarán nuevas rutas de evacuación ahora que el aeropuerto está cerrado.

La salud es una inversión

La estrategia global de salud fue uno de los aspectos más destacados del Foro, donde se hizo hincapié en la idea del valor añadido que aporta el sistema sanitario público español. “En muchos países estar enfermo es pobreza”, explicó Pilar Aparicio, directora general de salud pública del Ministerio de Salud, “la salud no es un gasto, es una inversión. Genera riqueza por sí mismo ”. Los programas de apoyo a la formación de los sistemas sanitarios de los diferentes países donde trabajamos, por ejemplo, con iniciativas como la formación de especialistas locales, o más recientemente con la aportación que ha hecho España a la pandemia de covid-19.

Durante su intervención, Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias en Salud del Ministerio de Salud, llamó la atención sobre la importancia de trabajar con todos los actores involucrados en una crisis, insistiendo en la transversalidad de la salud en todos los aspectos que afectan a la sociedad. . Simón también insistió en enviar un mensaje históricamente positivo: proporcionalmente, el número de personas que mueren en pandemias está disminuyendo. «Lo estamos haciendo bien. Quizás no tan rápido como nos gustaría, pero debemos estar orgullosos del trabajo que estamos haciendo como compañía global para llegar gradualmente a un sistema más cohesivo, más justo y más equitativo para todos».

Vamos bien. Quizás no tan rápido como nos gustaría, pero tenemos que estar orgullosos del trabajo que estamos haciendo como sociedad para llegar a un sistema más cohesionado, justo y equitativo.

Fernando Simón, Director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Salud

Además de la pandemia actual, la atención se ha centrado en otras enfermedades, las “pandemias olvidadas”, ya que afectan principalmente a los países en desarrollo. Enfermedades como malaria, VIH, tuberculosis (enfermedades que hoy se hacen eco en el devastador informe anual del Fondo Mundial y cuyo tratamiento sufre un retroceso histórico por los efectos del covid-19), dengue, diarrea o nuevamente neumonía, siendo esta última la principal causa de muerte entre la población menor de cinco años en muchos países.

España tiene un gran potencial a la hora de trabajar en equipo y ha sabido dar respuesta rápida y eficaz a las solicitudes de acción humanitaria, explica Antón Leis, director de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Un ejemplo es Start, un hospital móvil con capacidad quirúrgica diseñado para trabajos de impacto puntual que proporcionaría una respuesta a muy corto plazo a una emergencia y que se utilizó por primera vez en abril de 2019 en Mozambique, como resultado de los daños. causado por el ciclón Idai.

El orgullo de la cooperación española

El trabajo de la cooperación española en Mozambique ha tenido un peso especial en las últimas décadas. Por lo tanto, también hubo un momento para recordar los 25 años del Centro de Investigación en Salud de Manhiça, un referente en la búsqueda de soluciones para las enfermedades infecciosas transmisibles que afectan específicamente al país, pero también a muchas otras en el mundo en desarrollo.

Este centro pionero y de gran prestigio nacional e internacional se ha desarrollado gracias a un proyecto de cooperación desarrollado entre España y Mozambique. Desde su creación en 1996, AECID ha jugado un papel fundamental, tanto financiando su estructura como apoyando el intercambio de conocimientos y tecnologías o la formación de fuerzas locales, invirtiendo principalmente en investigación biomédica, lo que ha hecho de Manhiça un proyecto de excelencia. “La cooperación española en Mozambique no se entendería sin salud, del mismo modo que la cooperación española no se entendería sin el Centro de Investigaciones Sanitarias de Manhiça”, reiteró Fernando Regulez, coordinador general de la oficina de cooperación técnica de AECID en la materia.

En 2008, junto con otros tres centros de investigación africanos, Manhiça recibió el Premio de Cooperación Internacional de la Fundación Príncipe de Asturias por la promoción de la investigación sobre la malaria, su contribución a la mejora de la atención sanitaria en los países donde trabajaba y por la formación del personal local para la investigación biomédica. y fortalecimiento institucional en la lucha contra esta enfermedad infecciosa.

Pedro Alonso, director del Programa Mundial de Paludismo de la OMS, recordó los inicios del centro y el contexto en el que fue creado, destacando la importancia del discurso sobre salud y desarrollo como elementos centrales en el desarrollo del Centro de Investigaciones Sanitarias de Manhiça y el importancia de romper la brecha estratégica 90:10, refiriéndose a que el 90% de los recursos se han destinado a lugares donde apenas el 10% de las muertes se deben a enfermedades transmisibles, y en lugares donde las muertes representaron solo el 90%. pasado al 10%.

Continuidad, paciencia y compromiso son (y han sido) las claves para mantener este exitoso proyecto, fundamental para entender el trabajo que la cooperación española viene realizando desde hace más de cuatro décadas en el mundo. Un homenaje al que quiso sumarse María Manuela dos Santos Lucas, Embajadora de Mozambique en España. “La salud es un bien común, especialmente después de la pandemia. «

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