Tensión en la ría gallega de Noia por el vertido del agua estancada de una mina

A finales del siglo XIX se iniciaron excavaciones en Tierras de Lousame (La Coruña) utilizando la busca del valioso wolframio, mineral poco común en Europa. Más de un siglo después, la mina de San Finx tiene a ecologistas gallegos y al sector pesquero en pie de guerra. Hace apenas un mes, Augas de Galicia, dependiente de la Consellería de Medio Ambiente, autorizó el vertido del agua acumulada en los túneles de la mina —cerrada desde 2017—. Para contextualizar minimale: Sacyr, propietaria de la explotación, vendió San Finx a una empresa australiana a principios de 2022. Aunque todavía no se han expedido permisos de explotación, la solicitud de la autorización para los vertidos se entiende como antesala para retomar la actividad minera . Un tema muy polémico entre los vecinos: “Nuestra arruinaría a todos”llamada de la cofradía de Noia.

Pero antes de que se pueda llegar a extraer de nuevo wolframio de los túneles ha saltado la alarma. Ha habito ya varias concentraciones reclamando la paralización de la autorización de los vertidos e interpusieron varias denuncias desde diferentes colectivos. Ia Fiscalía anunció esta semana que las “estudiaría” a raíz de una carta del diputado de Galicia En Común, Antón Gómez-Reino. The cofradía, informado según el patrón alcalde Santiago Cruz a este diario, interpondrá a contencioso-administrativo la próxima semana. Anteriormente ya habían denunciado, asegura, a cargoes de Augas de Galicia por polémicas derivadas de esta controvertida mina.

San Finx planteó años parada. Y por eso sus túneles se han convertido en profundísimas piscinas llenas de agua con metales pesados ​​disueltos en ellas. Sus centenarios de millas de litros. Sin achicar ese agua sería imposible devolver la actividad minera. Sacyr solicitó hace unos años verter este líquido a riachuelo que rodea la instalación minera. Lo reclutó a la directora de Augas de Galicia, Teresa Gutiérrez, quien tomó posesión en 2018 —la tramitación ya estaba abierta—. «El plantamiento inicial era que los parámetros del vertido eran de medio natural». Es decir, la idea primigenia era verter esas aguas al medio sin depurar previamente, pues la empresa defendía que las concentraciones de metales entraban de los parámetros de los de las aguas del entorno.

Según Augas de Galicia, eso no se podía garantizar, pues la ría, debido a la intervención minera durante más de un siglo, estaba ya alterada. Era imposible saber cuál era la concentración “en el medio natural”. Tras una lluvia de alegaciones, se encontró que el vertido debería ser depurado antes de que llegara al riachuelo que déemboca en la ría de Muros y Noia. “Eso fue lo que nosotros aceptamos, y así se lo pedimos a la empresa”, apunta Gutiérrez. Se puso en marcha entonces una planta de purificación piloto. “El problema es que el tratamiento depende de cada agua. Pero el resultado de la prueba fue que se contró una forma de purar los metales presentes, como el zinc o el cobre”, hasta alcanzaron parámetros de medio natural. La cofradía, a cambio, crea que esto es “mentira”. “Tenemos un informante técnico que dice que la prueba fue un choque”, asegura Cruz. This will be one of the great bazas legales de la cofradía para paralizar el vaciado que, dicen, comprometería la producción marisquera de la ría. Creen, además, que el estudio no se hizo hasta lo más profundo de los túneles, donde se concentró el agua más contaminada.

Purificación del agua

Desde Ecoloxistas en Acción avalan esta versión. El propio Joám Evans coincidió en que la depuradora no va a filtrar el agua suficiente como para que llegue al río cumpliendo los 18 requisitos marcados por Augas de Galicia. Y de hacerlo, el problema no estaría todavía solucionado. «La autorización de vertido no contempla depurar las aguas de la escombrera pegada a la mina, que son más más contaminadas». Desde el ente público confían en el funcionamiento del saneamiento. Gutiérrez explicó a ABC que, aunque no fue fácil —“había cosas que nos hacían dudar”—, la planta depuradora tratará el agua correctamente antes de expulsarla al río. Y todo supeditado a los 18 condicionantes que revisarán periódicamente: caudal, analíticas… En total, 889.885 metros cúbicos de vertidos. Una cifra que levanta las sospechas de Evans: «La autorización es justo un poco por debajo del millón de metros cúbicos al año, porque a partir de eso hace falta una evaluación de impacto ambiental» que determinaría qué consecuencias tendría. “La evaluación del impacto ambiental es una cláusula que dice que las extracciones de agua subterránea de más de un millón de metros cúbicos depende de una evaluación específica solo para el vertido. Por eso mantuvieron artificialmente la actividad por debajo”. Es más: create that in realidad se superará esa barrera. “Esas aguas van a duplicar el caudal del río”, poniendo en riesgo la integridad de las presas que se encuentran mina abajo, opina el ecologista.

Gutiérrez quiere “tranquilizar” a los vecinos: “Es bueno que estas aguas se traten, porque el agua de la lluvia que discurre por ahí ya está en contacto con la mina”. Insiste en que la autorización no es de explotación, aunque “si la empresa está pidiendo permiso de vertido es porque va a retomar la actividad”. Para poner la mina en marcha, si es necesario una evaluación de impacto ambiental. “Que se pongan en nuestro lugar”, pide Cruz. La cofradía convocó ya varias movilizaciones durante las últimas semanas, y si el proceso sigue adelante, asegurarán que trasladarán las protestas a San Caetano. “Las rías no soportan más vertidos, son una asignación pendiente” de las administraciones, dice.

No obstante, la mina lleva ahí desde finales del XIX, y la propia directora de Augas de Galicia reconoce que el medio natural está afectado por esta actividad. Los marisqueros temen que el berberecho y la almeja pueden incluso no ser aptos para el consumo humano por la concentración de metales pesados. Con todo, “siempre es mejor tratar”, insiste Gutiérrez, por lo que esto sería “una buena noticia. Luego la mina deberá de explotarse bien“.

“Que se pongan en nuestro lugar (…) las rías no soportan más vertidos”

santiago cruz

Jefe alcalde de Noia

Gutiérrez dice que todavía no tiene “comunicación de que haya procedimientos judiciales abiertos, ni se remitieron diligencias previas”. En todo caso, la consellería ha de resolver en primer lugar los recursos —más de medio siglo— que impiden la suspensión de la autorización, por lo que, hasta entonces, no se puede construir la depuradora. Después, si las denuncias siguen adelante, el órgano correspondiente deberá pronunciarse sobre lo mismo: si se suspende, o no, el procedimiento para autorizar el vertido de la discutida mina.