Vuelve La señora Ordóñez, una novela «feminista antes del MeeToo»

Señora Ordóñez esta de vuelta. Las noticias de Argentina Marta Lynchpublicado en 1968 y adaptado para televisión en 1984, cuento que logró vender 5 ediciones de 10 mil ejemplares al hilo en menos de un verano, fue reeditada.

Se entiende por que este rescate de autora y de la obra. Por un lado, Lynch fue, junto con Beatriz Guido allá Silvina Bullrichuna de las escritoras argentinas más leídas desde mediados de los años 60.

Por el otro, entonces editor de Sudamericana, Genaro Press: Señora Ordóñez son»una obra feminista mucho antes que el #Yo tambien, y la pelea por los derechos de las mujeres para que puedan vivir su deseo como lo viven los varones».




Tocado. «La señora Ordónez» vale 6.999 pesos.

Lynch fue popular y admirado por pares. «Su obra literaria, con altibajos, ha llenado un espacio importante en la narrativa argentina contemporánea», dijo María Esther de Miguel. Y el poeta Alberto Girri la describió como una única escritora «poco menos que entre nosotros, por su ímpetu y destreza narrativa y por haber incorporado a nuestra literatura como la señora Ordóñez o la Colorada Villanueva, acaso arquetípicos de nuestro medio».

Quienes no habian leido alguno de sus libros -La alfombra roja, Al venedor, Los cuentos tristes, El cruce del río, Un árbol lleno de manzanas, Los dedos de la mano, La penúltima versión de la Colorada Villanuevaentre otros-, habían seguido a algunos de sus personajes de Señora Ordóñez por televisión

«Yo sé la señora Ordónez»

Lynch escribe sobre una mujer de clase media, en una narrativa y en un tiempo: 20 y 40 años. se acercó desde las infidelidades hasta el peronismo. Lo íntimo y lo social, en el mismo libro. Desde el feminismo, sí, ha conocido obsesión por la juventud y la belleza.

La periodista Cristina Mucci, autora de la biografía señora lynchresumen: «Es la historia de una mujer intensa, como su autora también lo era, y todos estos elementos juntos, más la creación del personaje Marta Lynch que ya vino en ascenso, hizo que tuviera una popularidad que con el tiempo fue mas allá de los círculos literarios o intelectuales».

Lynch «contaba que las mujeres» la paraban por la calle y le decían: ‘Yo be la señora Ordóñez, por identificación con el protagonista. Y además, decía que las mujeres que no habían leído la novela hablaban del personaje como si lo conocieran».

Marta Lynch.  la autoridad de "Señora Ordóñez".  archivos marta lynch


Marta Lynch. El autor de «La señora Ordónez». archivos marta lynch

La obra de Lynch se reedita, recién, luego de publicarse Las olvidadasun texto de Mucci que incluye las biografías de Silvina Bullrich, Beatriz Guido y Marta Lynch.

«Decidimos acompañar el lanzamiento de Las olvidadas con el rescate de nuevas ediciones de los títulos emblemáticos de las tres autoras. Arrancamos con El incendio y las visperas, de Guido, y seguimos con La señora Ordóñez”, suma Press.

Lynch no contaba su fecha de nacimiento, 8 de marzo de 1925. «El mediodía envejecimiento es central en la vida de la autora y de esta obra», agrega Mucci. Por otra parte, están las cirugia estetica, que en ese momento no eran habitables. «Fue una especie de precursora y también Silvina Bullrich, aunque no llegó al punto de Marta, que abusó tremendamente, fueron parte de una patología», añadió Mucci.

vamos en politica

Lynch llegó un día a la oficina donde trabajaron los intelectuales que colaboraban con el desarrollo. Allí se trató con Félix Luna e Ismael Viñas. «La política sacó de mi comodísimo mundo de la calle Madero (…) Era un mundo redondo, blando, perfecto. Y allí lo conocí a Arturo Frondez, que irrumpió con su mundo y me sacó de esa blandura».

En 1970 viajó a Cuba y quedó fascinada: compare la experiencia con la de tener un hijo. Ese año salió Cuentos de colores, el libro por el que ella, que no había tenido los favores de la crítica, recibió el Premio Municipal de Literatura. Allí había un cuento el cruce del rio, sobrio Tania, la guerrillera que peleó y murió en Bolivia con el Che Guevara.

En noviembre de 1972 estuvo en el chárter que trajo de vuelta a Perón de España. Se arrepentiría de eso más tarde, cuando cruzó el río a tal punto que terminó casi del lado los militar.

Siguiendo el golpe de Estado sus opiniones llegaron a cambiar: «Me equivocé -dijo en 1978-, y conmigo se equivocaron 7 millones de argentinos. Yo huir de un idiota y una zanahoria».

In los 80 «apoya la democracia e intenta acercarse a las figuras culturales del alfonsinismo pero no tiene espacio, porque estaba muy fresco el entrenamiento en massera durante la dictadura», recuerda Mucci.

El último disparo

«No me ve un suicidio»había dicho Lynch en noviembre de 1984. Después de un año, el 8 de octubre de 1885, había pegado el tiro final.

Cuando se supo de su muerte, Magdalena Ruiz Guiñazu the despidió leyendo por radio uno de los cuentos de su último libro: No te duermas, no me dejes. La lloraron muchos más: en las fotos de su vida aparecen junto a ella Manucho Mujica Láinez, Eduardo Gudiño Kieffer, Gyula Kosice y hasta Borges.

Con información de Télam

JS