Los 5 mejores chistes de El Risitas en sus legendarias intervenciones en el programa Quintero

Muere 'el Risitas' tras recaída de enfermedad

Su peculiar risa, dicción singular, sonrisa desdentada y un sinfín de chistes hicieron de Juan Joya a finales de los 90 el cuñao más famoso de la televisión. Este miércoles, el comediante falleció tras un año 2020 difícil, víctima de una complicación de la enfermedad que padecía desde hacía varios años.

Detrás de él sale el más conocido como El Risitas chistes y bromas interminables La mayoría de ellos se hablan junto a su cuñado en programas de Jesús Quintero, como “El vagamundo”, “Ratones coloraos” o “El loco en el cerro”.

«Les voy a contar un caso que me pasó mientras estaba en paro …». Así comienza una de las intervenciones más míticas de Juan Joya en televisión, que termina, como de costumbre, con su cuñado, Quintero, y él mismo riendo y llorando de risa. La historia -surrealista, como muchas de las que ha contado- termina con el humorista sevillano descarga de sacos de cemento después de estar en una oficina del INEM.

Otro de sus vídeos más característicos es precisamente sobre una de sus obras en la que el andaluz es a cargo de veinte paelleras, que acaban sumergiéndose en el mar y provocando en el humorista y Quintero una de sus habituales carcajadas.

Sin embargo, no todos los chistes lograron despertar esta camaradería en Quintero y él una vez la regañó, medio en serio medio en broma, que sus bromas eran «groseras» y tuvo que intentar «jugar con las palabras» y mantener el respeto por sus fans, muchos de los cuales «eran niños».

También a expensas de su cuñado hacía bromas “El Risitas” en los chistes que le consagraron, como la ocasión en la que contó una desgracia una noche en Sevilla: “Apagó la luz por su culpa y puso“ ocupado ”, porque se vio la cara a las tres de la tarde. reloj. reloj. por la mañana y tuve que caminar. «

«Los robo por la noche, los vendo durante el día». Este es el mantra con el que « El Risitas » le cuenta a Quintero cómo robaba naranjas de madrugada con sus amigos hasta que la Guardia Civil acabó con su diversión, no sin antes intentar colocar algunos de los trozos de fruta.